DINÁMICA:
FIESTA DE PRESENTACIÓN Por: Ana Cecilia Espinosa Martínez
EL inicio de un nuevo curso requiere siempre de los profesores la preparación de una serie de estrategias que permitan construir de manera conjunta con los grupos un ambiente propicio para el logro de los objetivos de aprendizaje.
En buena medida, el alcance de esos objetivos depende de la actitud de quienes viven el proceso educativo en las aulas, por ello, es útil que el docente elija y ofrezca estrategias que permitan conseguir la convivencia y la comunicación efectiva de los miembros del grupo; lograrlo requiere a su vez, del conocimiento e identificación de los estudiantes entre sí.
Una dinámica orientada en ese sentido es la denominada “Fiesta de Presentación”, pues induce el acercamiento entre los participantes, al proponer bajo el marco de un ambiente lúdico, informal y libre, el conocimiento de detalles personales de sus compañeros: características, actitudes, valores, afinidades, gustos y preferencias.
Desarrollo de la Dinámica:
Materiales:
Una hoja de papel para cada participante con la pregunta: ¿Quién Soy? en la parte superior.
Lápices y alfileres.
Usos: Lograr comunicación a través del conocimiento interpersonal.
Duración: 30 minutos.
Tamaño del grupo: 10 personas mínimo
Desarrollo:
En la hoja de papel cada participante escribe cinco definiciones de sí mismo. Se dan diez minutos.
Ya escritas, las hojas se prenden al frente de cada participante.
Silenciosamente, las personas deben moverse de participante en participante cada dos minutos, para poder tener seis o siete encuentros y poder leer las definiciones.
Una vez terminados los movimientos, el facilitador les pide que acudan con las dos personas que les hayan interesado más en los encuentros previos.
Se induce a la plática y a la realización de preguntas profundas a cerca de sus compañeros.
Se comenta el ejercicio.
Recomendaciones:
La dinámica es especialmente útil si se la emplea en grupos donde los participantes no se conocen, puesto que no hay prejuicios entre los miembros que los conforman. De cualquier manera, el facilitador deberá crear un ambiente amable y de confianza en torno a la realización de la dinámica, dando a conocer a los estudiantes que el objetivo del ejercicio es propiciar la interacción y conocimiento de los miembros del grupo para integrarlos como tal.
Si se decide aplicar la dinámica a grupos que han tenido convivencia previa, el facilitador deberá observar cuidadosamente la forma en que ésta se va desarrollando con la finalidad de detectar cualquier situación de incomodidad. Estas situaciones se presentan con poca frecuencia y sólo en grupos donde hay marcadas diferencias entre los estudiantes. En múltiples ocasiones está dinámica representa el espacio que permite subsanar algunas de esas diferencias entre los grupos.
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