A un paso de la meta:

perspectiva de un pasante

Por: Nora Enid Hernández Cortés

Al finalizar el primer cuatrimestre se nos presentó la oportunidad, a un grupo de seis alumnos, de integrar un noticiario radiofónico en la extinta radiodifusora “La Mexicana”. Había segmentos como cultura, espectáculos, deportes, salud y claro, la nota general. En ese momento me presentaron a quien me acompañaría en mi desempeño profesional: la grabadora – reportera. Gracias a materias como redacción y estilo, producción de televisión, video y radio, redacción periodística, entre otras, recibí el entrenamiento necesario para correr la carrera como profesional en comunicación.

Al poco tiempo recibí comentarios positivos de mi voz y entonces surgió una invitación para grabar las identificaciones de “Radio Cultural” y más adelante recibiría el ofrecimiento para un programa sobre mujeres destacadas en la historia de México. De esta manera mi entrenamiento para la carrera continuaba aunado a los desvelos que implicaban algunas materias porque era necesario concluir algunas escenas para video o televisión. Explotar mi creatividad al máximo, empaparnos de conocimientos generales, perfeccionar nuestra redacción, fueron algunas bases que nos fueron entregadas en nuestra preparación profesional.

Como parte de cualquier carrera universitaria es necesario cumplir con requisitos, pero no son porque la casa de estudios necesita cumplir con la Secretaría de Educación Pública, sino es para preparar al máximo al estudiantado. Me refiero a las prácticas y al servicio social. Me detengo sólo un minuto para exhortar al estudiante a no pasar por alto estos requisitos y comenzar de esta forma el adiestramiento en la vida profesional, si no al inicio de la carrera universitaria, a mitad o incluso al final de ella. Asimismo, en todo lo que emprendamos debemos entregarnos en cuerpo y alma con excelencia porque México no necesita egresados conformistas, sino profesionales capacitados para dirigir empresas o negocios. Escribo esto porque la Universidad nos brinda su parte que es el prepararnos para la carrera, pero nosotros como estudiantes debemos corresponder ese entrenamiento con la capacidad suficiente del “yo puedo”.

Sin yo buscarlo se me presentó la oportunidad de realizar mis prácticas profesionales como reportera en el noticiario radiofónico “Al Día” de la estación Digital 90.3. Ahí comenzó mi enseñanza en la práctica como reportera al lado del conductor de noticias Guillermo Gómez Pastén. Con un horario de nueve de la mañana a dos o tres de la tarde, diariamente buscaba la nota general en los pasillos del Palacio Municipal o en alguna cámara empresarial. Al cabo de un año, el conductor me ofreció la oportunidad de grabar algunas notas (información) con mi voz para transmitirlas en el espacio del noticiario en punto de las seis de la tarde y accedí. No-conforme con ese año, permanecí otro por el crecimiento profesional que adquiría cada día. Cabe recordar que se requieren de seis meses a un año para cumplir con las prácticas profesionales, sin embargo comenzó mi gusto con esa profesión y le dediqué dos años de preparación.

Gracias a que fuimos la segunda generación en egresar de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la historia educativa de Vallarta, nuestro trabajo se dio a conocer en los medios de comunicación locales, ya que por medio de algunos maestros que nos empujaron a continuar se nos abrían los espacios. El mismo Ayuntamiento de Puerto Vallarta conoció nuestro trabajo debido a los alumnos que también realizaron el servicio social en esa institución. Por mi parte lo realicé en la Preparatoria Regional bajo la supervisión del director, Dr. Armando Soltero Macías. ¿Mi función?, Encargada de la Difusión Interna, para lo cual eché a volar mi imaginación. Por medio de carteles alusivos informaba de algunas actividades próximas a acontecer dentro o fuera del plantel. Hasta ese momento había cursado casi los nueve cuatrimestres y pasado por captar el alba en este maravilloso puerto para la clase de fotografía, hasta solicitar algunas facilidades para grabar programas en escenarios como el salón de cabildo, hospitales, instituciones públicas, entre otras.

A punto de concluir mi preparación profesional comencé a pensar en algún tema para la tesis, sin embargo estaría olvidada por mucho tiempo. El día 19 de diciembre de 1998 concluyó una etapa trascendente en mi vida profesional, sin imaginarme que la reabriría cuatro años después.

Como es costumbre en las graduaciones nos visitan los tíos, los abuelos, los primos, el amigo, el familiar que reaparece y el padrino que dice el brindis. Esos días decembrinos me dediqué a descansar y disfrutar de la compañía familiar sin tener la más mínima idea de lo que acontecería 20 días después. El jueves siete de enero de 1999 recibí la llamada del entonces Jefe de Prensa del Ayuntamiento de Puerto Vallarta quien preguntaba lo que hacíamos, un compañero (también del salón de clases) y yo. Al contestarle que nada accedimos a entrevistarnos con el Director de Comunicación Social al día siguiente quien tras unos minutos nos citó el sábado 9 en lo que sería el primer día de cuatro años de trabajo continuo en el Ayuntamiento.

Era el segundo año en la Administración de David Cuevas García cuando me incorporé a las filas del Gobierno local como reportera con tan sólo 20 años. Me topé con desvelos, caminatas extenuantes bajo los rayos del sol, “desmañanadas” y claro que un sin fin de satisfacciones. Hacer Comunicación Social no sólo es redactar boletines, sino idear estrategias de comunicación para sortear las dificultades que se puedan presentar y cuyo principal comunicador es el Presidente Municipal.

Mi labor, cuando ingresé al Ayuntamiento, fue la redacción de la síntesis radiofónica local y de boletines de prensa que contenían las actividades realizadas por el funcionario municipal, desde el Alcalde hasta un director de área (Obras Públicas, Reglamentos, Turismo, entre otros). Acompañada del fotógrafo y camarógrafo, seguíamos en el vehículo asignado a la dirección de Comunicación Social, al funcionario municipal (que en la mayoría de los casos era el Alcalde) hasta las colonias, delegaciones, hoteles y otras sedes donde acontecían inauguraciones, clausuras, entrega de reconocimientos, entre otras actividades a fin de informar a la ciudadanía a través de los reportes levantados lo acontecido por el Ayuntamiento. En todas las emisiones de los noticiarios radiofónicos locales hablaba por teléfono para emitir el reporte respectivo al Ayuntamiento. Recuerdo que en algunas lluvias intensas se levantaba un cuartel donde acudían los funcionarios encargados de Obras Públicas, Servicios Públicos y regidores quienes acompañaban al Alcalde a realizar recorridos de inspección y verificar el funcionamiento de los canales y desagües pluviales. De encontrarse alguna anomalía como la obstrucción para el paso del agua, en ese mismo instante se requerían de cuadrillas para llevarlo a cabo. Lo redactado era revisado por mi Jefe de Prensa y enviado, acompañado de imágenes, a la televisión local y las redacciones de los periódicos para su publicación. Todos los conocimientos aprendidos en la Universidad fueron aplicados en un horario de ocho de la mañana a ocho de la noche aproximadamente.

Al cabo de un año, mi crecimiento profesional fue notorio gracias a la confianza de la gente que me rodeó para destinarme tareas que sabían cumpliría. Tal fue el caso de la realización de algunos comerciales para el periodo vacacional de semana santa donde, apoyada por mi ex compañero de clases, Manuel Mora y ahora compañero de trabajo al ser el productor, logré entregar el material a mi director quien a su vez lo turnó a las radiodifusoras locales para su difusión. Qué satisfacción más grande aplicar los conocimientos aprendidos y caminar por el centro y escuchar los spots de radio que uno realizó.

En diciembre de 1999 se me advirtió de algún programa institucional de televisión pero no fue sino hasta enero que iniciaron las pruebas para “Conexión 2000”. Este fue conducido por el Alcalde, su secretario particular, licenciado en Comunicación y una servidora. El programa inició transmisiones en febrero de 2000 de lunes a viernes de nueve a diez de la noche a través del canal local. “Conexión 2000” era dirigido y producido por el equipo de Comunicación Social, ya que se realizó un pequeño set de grabación en la misma oficina gubernamental. Mauricio Lira, ex secretario particular y David Cuevas, ex alcalde comentaban una noticia de trascendencia nacional e internacional, asimismo, cada día había una personalidad para entrevistar, mientras yo informaba el acontecer diario al interior del Ayuntamiento; es decir, seleccionaba los boletines más trascendentes del día.

Ocho meses de grabación diaria, (salvo la semana santa y pascua) fue otro entrenamiento para mi vida profesional. Los horarios de trabajo fueron modificados ya que había que estar en punto de las seis de la tarde a más tardar para la grabación del programa y esto implicaba redactar la información para su envío a los medios de comunicación a más tardar a las cinco de la tarde para comenzar la elaboración del guión, labor que yo realizaba. Cabe recordar que también redactaba la síntesis de los noticiarios radiofónicos locales, por lo que era necesario monitorearlos acompañándome en todo momento mis audífonos. La grabación del programa y los noticiarios iniciaban a la misma hora por lo que no podía desprenderme de la radio. Debido a que durante el programa se otorgaban algunos premios a las personas que contestaran ciertos retos, era lógico que llamarían durante la transmisión del mismo por lo que también nos turnábamos para contestar los teléfonos en la oficina. Mi horario de entrada: ocho de la mañana y de salida: diez de la noche.

Cansada sí estuve, pero sólo fue agotamiento físico, porque un cansancio como para desertar del arduo trabajo jamás. Aprendí muchas cosas que sólo la práctica nos ofrece y apliqué otras más que sólo el estudio brinda. En diciembre de 2000 concluyó la Administración de David Cuevas y continuó la de Pedro Ruiz quien me invitó a participar en su equipo de trabajo permitiéndome permanecer en mi puesto. Aquí un paréntesis para explicar que no todos los puestos gubernamentales son por compadrazgo o nepotismo, sino también por eficiencia laboral; hecho que sucedió con Manuel Mora y conmigo al entrar un nuevo director de Comunicación Social con quien jamás habíamos cruzado palabra.

Continué mi labor como reportera; sin embargo, al cabo de seis meses ascendí a Jefa de Prensa y creció la responsabilidad. Tenía entonces 23 años. Continué en la redacción de la síntesis y los boletines, pero la atención con los medios de comunicación fue más palpable. En la medida de mis posibilidades, los auxiliaba con la información que requerían, fueran medios locales, estatales o nacionales. Me eran solicitados enlaces con el Alcalde, vía telefónica, a diversas partes del país, inclusive al extranjero para entrevistas. Asimismo, auxiliaba en la realización de ruedas de prensa, ya que la decisión recaía en el director de Comunicación Social y yo convocaba a los representantes de los medios de comunicación en cierto lugar a la hora y día adecuados para tratar de no intervenir con sus actividades de redacción y garantizar la mayor asistencia posible.

La facilidad de palabra y el carisma son cualidades que se necesitan para un trabajo así, claro que también una coraza para sortear los ataques de la prensa. La manera adecuada como me desempeñé permitió que accediera al Alcalde con facilidad, ya que por lo regular encontraba su aprobación para la toma de decisiones una vez concensadas con el director de Comunicación Social.

Fueron necesarias las relaciones públicas, con los representantes de los medios de comunicación, sus directivos, funcionarios estatales, municipales, representantes de comunicación social de la iniciativa privada y otras instituciones gubernamentales, entre otros. Cuando se presentaban giras de trabajo donde las autoridades estatales o nacionales y algún representante del Gobierno municipal participaba, era necesario acudir para levantar el reporte de lo acontecido. Asimismo, de ser abierto a la prensa dicho evento, había que convocar a los representantes de los medios de comunicación para llevarlos hasta el lugar de la gira de trabajo. Cabe señalar que aún monitoreaba los noticiarios radiofónicos locales por lo que la mayor parte del día caminaba por los pasillos de Palacio Municipal con mis audífonos. En 2000 y 2002 se me confirió la encomienda de reportear en el Tianguis Turístico de Acapulco donde seguí de cerca las actividades de los alcaldes en turno y la enviaba a la redacción de Comunicación Social donde a su vez fluía a las redacciones de los medios de comunicación locales en Vallarta.

El 8 de enero de 2003 presenté mi renuncia a la Jefatura de Prensa del Ayuntamiento de Puerto Vallarta para reabrir un capítulo que había dejado inconcluso el día que egresé de la carrera, quería llegar a la meta. A cuatro meses de la renuncia en estos momentos sólo espero mi fecha de examen profesional.

Todo lo narrado no ocupa ni la tercera parte de todo lo que viví, sin embargo es una mirada a una experiencia tan emocionante que redacté para lograr mi titulación por Experiencia Profesional. Lo anterior gracias a la oportunidad que brinda la Universidad ARKOS al ofrecer diversas formas de titulación. Opté por redactar lo vivido para dar a conocer la preparación que recibí en mi formación universitaria, sin embargo de qué hubiera servido los mejores entrenadores para una carrera si el competidor no tiene el interés de llegar a la meta. Ahora me encuentro a sólo un paso de ella. Es importante esforzarnos y siempre brindar de nosotros la excelencia. Nunca es tarde. A cuatro años de egresar de la carrera de Ciencias de Comunicación tomé una decisión que marcará mi vida. Realizo una invitación a que consideres esta opción de titulación que ofrece la Universidad ARKOS y de esta forma llegar a la meta. En lo personal sólo me separan unas horas.


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NO. 13