El hombre y ¿su medio ambiente?
Por: Alejandra Espinosa Martínez
¿Contaminación?, ¿Extinción de especies? ¿Escasez de agua?... Seguramente que estos términos le son familiares y no es de dudar que durante el día lea o escuche una nota cuyo contenido verse sobre estas cuestiones. De momento, la preocupación se hace presente y lamentamos el hecho profundamente, pero luego, en cuestión de segundos, abandonamos el tema porque el ritmo de vida diario parece no permitir el que nos ocupemos de esas “excentricidades” que normalmente solo deben preocupar a autoridades o grupos ecologistas.
ues bien, aún cuando el hombre es el único ser sobre la Tierra que tiene la capacidad de transformar su medio ambiente de manera consciente y voluntaria, a través de la historia, éste ha conservado la postura de considerar al medio ambiente como algo que se posee y no algo a lo que se pertenece , buscando siempre la manera de conocer la Naturaleza más que para entenderla para ejercer sobre ella dominio y control en beneficio propio, explotando irracionalmente los recursos naturales, lo cual se ha traducido en grandes catástrofes ecológicas.
En sus inicios, el hombre utilizó el aire, el agua, el suelo y al resto de los seres vivios con fines exclusivos de subsistencia, obteniendo de ellos lo que requería para vivir, sin embargo, las acciones que ahora emprende sobre la naturaleza ya no persiguen el fin único de satisfacer necesidades básicas, sino que deben cumplir con las nuevas “necesidades” de una sociedad consumista que exige día a día, la manufactura de un mayor número de productos por parte de diferentes industrias, lo que se palpa en la degradación progresiva de nuestro medio ambiente.
Si bien es cierto que el gran desarrollo industrial de las sociedades en los últimos años ha traído una serie de ventajas que han permitido mejorar el nivel de vida de los individuos, también es cierto que nuestra calidad de vida se ha disminuido, pues ésta no sólo depende de los avances científicos y tecnológicos que hacen más simples las actividades humanas, que permiten prologar la vida o sobrellevar una enfermedad crónica en mejores condiciones, finalmente, todos estos esfuerzos resultarán inútiles mientras el estado de conservación de la Tierra, siga siendo considerado por la mayoría de los humanos como un tema poco relevante, postergable o de competencias exclusivas.
Si usted observa a su alrededor, sin importar en que comunidad del mundo habite, le será fácil encontrar signos de contaminación en agua, suelos y atmósfera; de disminución de la biodiversidad y en general de falta de respeto hacia la vida. Seguramente que las condiciones climáticas de su lugar de origen han sufrido desajustes y es común observar cambios drásticos como éste en todo el planeta, pero ¿a qué obedecen todos estos cambios y desajustes?, ¿Qué actividades exclusivamente humanas, han superado ya la capacidad y tiempo de restauración de la naturaleza?. A continuación, se presenta un panorama general de algunas de las acciones que forman parte de la vida cotidiana de toda sociedad industrializada o no, y que afectan de manera irreversible al medio, aunque, sin lugar a dudas la lista se queda corta, pues es inacaba, pero nos permitirá recapacitar sobre la relación inversamente proporcional que existe actualmente entre el estado de preservación del medio ambiente y el desarrollo y avance científico y tecnológico, que en muchos casos buscan solo el beneficio económico de un grupo de población muy reducido.
Por ejemplo, la pérdida de la biodiversidad obedece en el caso de especies vegetales, a la tala inmoderada, incendios y a la sustitución de especies locales por cultivo. Además, la extinción de especies animales se debe a la pesca y cacería indiscriminada que persiguen solo el beneficio económico de quienes las promueven.
“La atmósfera no es un sujeto pasivo de la contaminación, todos los fenómenos metereológicos pueden jugar un papel importante en la evolución de los contaminantes en la atmósfera...” (Sans,1999:29) así, el hombre ha contaminado la atmósfera con gases y polvos provenientes de actividades industriales, domésticas y los automóviles. Estos contaminantes, absorben la radiación solar. Por otro lado, la principal causa de contaminación atmosférica proviene del uso de motores de gasolina. Todo esto provoca en los seres vivos enfermedades y hasta la muerte.
Si consideramos la contaminación del agua, nos daremos cuenta que amén de que el elemento es escaso y del uso irracional que se hace de él, la disponibilidad de este recurso se ve afectada por los altos índices de polución ya que todas las actividades industriales, comerciales y domésticas generan durante su operación residuos y aguas residuales propios del proceso, a los cuales en muchas ocasiones, no se les da el tratamiento adecuado y que son descargados en cuerpos de agua que sirven para abastecimiento humano. Por otro lado, la falta de alcantarillado, drenaje y de un adecuado sistema de tratamiento en un gran número de comunidades, hace que ríos, lagos y mares se conviertan en receptores de aguas residuales, lo cual trae como consecuencia la muerte de especies marinas y la generación de un número considerable de enfermedades y muertes entre la población, pues lo que el elemento vital se convierte en un foco de infección.
El elevado consumo de combustibles es otra de las causas de contaminación, desafortunadamente, este consumo se ha visto impulsado por la creación de industrias manufactureras que tratan de satisfacer las exigencias de regiones sobre pobladas, sin importar que los residuos resultantes de sus procesos de producción sean vertidos en la atmósfera, el suelo, ríos y océanos del mundo provocando así la extinción de especies y la degradación del suelo y la calidad del agua.
Los residuos sólidos constituyen otro de los graves problemas, pues la sociedad consumista es generadora de grandes volúmenes de residuos urbanos que son vertidos en rellenos sanitarios, aún cuando se ha probado que los escurrimientos por lixiviación de contaminan las corrientes de agua, además, los residuos tóxicos y peligrosos que resultan de las actividades industriales no son sujeto de un tratamiento adecuado y algunas de las técnicas empleadas, como la incineración, presentan la grave desventaja de contaminar aún más el medio ambiente. Por otro lado, la eliminación y tratamiento de residuos radiactivos, suponen una gran problemática pues el confinamiento o almacenamiento de éstos no ha sido resulto todavía y muchos residuos requieren varios miles de años de desintegración para alcanzar un grado “seguro”.
Todos estos tipos de residuos en cantidades o concentraciones mayores o menores representan un riesgo grave para las especies y el medio. A pesar de que en los últimos años el hombre ha encontrado una fuente de beneficio económico en la recolección, reuso y reciclaje de algunos residuos como plástico, papel, cartón y vidrio, la utilización cada vez más creciente de envases y embalajes no retornables ha generado en muchas comunidades del mundo graves problemas de Contaminación Estética.
¿Qué soluciones existen para resolver todas estas problemáticas?. Sin lugar a dudas que en la actualidad existe mayor preocupación mundial por el futuro del planeta, pero no basta con preocuparse, ciertamente el enfoque correcto es ocuparse, para lo cual se podrían definir responsabilidades en diferentes planos. Por un lado, los países del mundo a través de la ONU, han dictado, durante La Cumbre para la Tierra, los derechos y responsabilidades que tienen las naciones hacia el medio ambiente y la normatividad que por un lado, regula el uso racional de los recursos y los procesos tecnológicos y por otro asegura la conservación de las especies.
El compromiso aquí, es que cada país asuma su responsabilidad cumpliendo con lo establecido y que las naciones integrantes de esta cumbre verifiquen la aplicación de la normatividad sin otorgar privilegios y sin excepciones, dejando del lado los intereses políticos o económicos que suelen surgir entre las grandes potencias.
Asimismo, en el plano nacional, los gobiernos deberán concentrar sus esfuerzos en fomentar programas y campañas que impulsen la conciencia ecológica, contra la contaminación, deforestación, extinción de especies y a favor del uso racional de los recursos y de la aplicación de técnicas de producción y transformación de recursos que no alteren el estado del ambiente, de igual forma, se deberá mantener como prioridad el equilibrio de los ecosistemas y deberá reformarse la legislación en materia ecológica, instituyendo sanciones acordes a la gravedad de la infracción y otorgando a las “industrias limpias” incentivos y reconocimientos que las motiven a continuar participando en pro de la conservación del ambiente. Estas acciones permitirán a las naciones educar a su sociedad en una cultura de respeto por la vida.
La problemas de la humanidad son causados por el hombre mismo y debe ser él quien los resuelva, así en el plano individual, la participación de cada uno de nosotros es indispensable, pues el futuro de nuestro planeta determina también nuestro futuro y el de las generaciones venideras, y aún cuando existe tanta incertidumbre sobre lo que ocurrirá, es necesario emprender acciones urgentes, inmediatas, a corto, mediano y largo plazo para conservar las condiciones del planeta, de modo que éstas sean favorables para la existencia y subsistencia de todos los seres vivos.
Los tiempos que vivimos obligarán al hombre a volverse más consciente y respetuoso del medio ambiente al que pertenece y como habitantes inteligentes y racionales no podemos permanecer indiferentes ante esta situación que hemos generado y debemos desarrollar un alto sentido de responsabilidad y respeto hacia la vida.
Finalmente, espero que estas líneas le inviten a un momento de reflexión que a su vez le permita adoptar la actitud de responsabilidad y compromiso que este tema reclama.
Bibliografía
- Sans Fonría, Ramón y Joan de Pablo Ribas (1999) Ingeniería Ambiental. Contaminación y tratamientos. Alfaomega. España. 145pp.
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