Los mapas mentales en los procesos de enseñanza aprendizaje
Por: Gerardo Jiménez Ávalos
Los estudiantes y docentes podrán encontrar en el mapa mental una herramienta muy útil para evitar la rigidez del pensamiento, al expandir la creatividad a través de la producción y asociación de ideas en una estructura creciente y organizada de patrones.
Para comprender cómo operan los mapas mentales, antes es necesario conocer algunos aspectos relativos al funcionamiento del cerebro humano y la forma en que ha ido evolucionando.
Los estudiosos del cerebro del hombre dicen que es una estructura magnífica, formado por sistemas de energía altamente especializados y multiordenados, dotados de todos los instrumentos necesarios para realizar cualquier cosa que se desee.
Roger Sperry, investigador en Neurociencia del Instituto Tecnológico de California, planteó la división cerebral en dos estructuras: los hemisferios derecho e izquierdo. A su vez, Paul MacClean, jefe del Laboratorio de Evolución Cerebral y Comportamiento del Instituto Nacional de Salud Mental de California, en su teoría del cerebro triuno ha establecido que dentro del cráneo existen tres cerebros en uno o triada cerebral, esto es, que hay tres sistemas neuronales interconectados; pero que física, química y evolutivamente son diferentes, separados uno del otro por innumerables generaciones. Estas estructuras mentales están superpuestas una sobre la otra, de acuerdo con su proceso evolutivo, y se clasifican, según el referido autor, en los siguientes módulos:
El sistema reptil (primitivo)
El sistema límbico (paleomamífero)
La neocorteza (neomamífero)
Hemisferio izquierdo
Hemisferio derecho
El sistema reptil
Es la estructura más antigua y sede de los instintos. Se ubica en la parte superior de la médula espinal y fue la primera en desarrollarse en el hombre, dándole una fuerte tendencia a imitar el comportamiento de los animales de sangre fría, como los reptiles.
El sistema reptil regula las funciones vitales básicas, reacciones y movimientos involuntarios propios del sistema nervioso autónomo y asegura la supervivencia.
Este cerebro nos hace actuar instintivamente. Busca la seguridad, controla el territorio, establece patrones, hábitos y valores para orientar la conducta, los procesos cerebrales, el acicalamiento, la danza, el apareamiento, los ritmos, las jerarquías sociales, los componentes genéticos y los rituales. Desarrolla la conducta rutinaria, fomentando las costumbres que nos hacen sentir seguros en nuestro territorio, hogar, escuela y trabajo.
El objetivo de la utilización de esta parte del cerebro, dadas sus características, es desarrollar la calidad de cada aspecto de la vida.
El sistema límbico
Es el segundo en la escala evolutiva, y establece un vínculo entre el antiguo cerebro reptiliano y el nuevo cerebro o neocorteza. También es denominado como cerebro paleomamífero (antiguo mamífero) o emocional. Este cerebro, al decir de MacClean, lo compartimos con mamíferos, tales como perros, gatos, caballos...
La vida anímica y emocional es regulada por este centro, que es el de mayor actividad química del organismo. Está relacionado con la mayor parte del aprendizaje, el recuerdo y la memoria.
El aprendizaje integral abarca todos los aspectos intelectuales, más no se deben pasar por alto las emociones como factor influyente en ese proceso.
En la escuela no se le da importancia a las emociones, pero, una vez que se conoce la existencia del sistema límbico, no se debe limitar a los estudiantes únicamente a las cuestiones lógicas, matemáticas y lingüísticas como se ha hecho tradicionalmente.
Órganos del sistema límbico
Tálamo: es una estación transmisora, da entrada a la información y determina que hacer con los mensajes recibidos que son enviados a la corteza cerebral para su procesamiento. Se asocia con la transición de reptil a mamífero.
Región septal: se asocia con la sexualidad.
Bulbos olfatorios: se asocian con las capacidades olfativas y respiratorias.
Amígdalas: funcionan como una central de alarma. Su estimulación puede producir desde una rabia intensa hasta una profunda alegría. Actúan como depósito de la memoria emocional. La vida sin amígdala es una vida despojada de significados personales.
Núcleo hipotalámico: es una estructura clave ya que es un activador primario del sistema nervioso autonómico que controla los procesos corporales básicos como el balance hormonal, la temperatura, la dilatación y contracción de vasos capilares. Es capaz de generar hambre, sed y es el centro de placer y dolor que tiene que ver con experiencias físicas con componentes sensoriales, afectivo y cognitivo. Así mismo se encarga de distribuir la energía de la memoria.
Hipocampo: su función es almacenar hechos, procesar datos de la memoria de corto y largo plazo. MacClean considera que su mal funcionamiento se asocia a la falta de memoria.
La neocorteza
La corteza nueva (neomamífero) constituye el último escalón evolutivo, por encima de los sistemas límbico y reptil. En ella residen el pensamiento, el aprendizaje y la memoria. Los avances científicos, la civilización, la cultura y el arte, se deben a este centro mental.
Anatómicamente, la necorteza se divide en las siguientes partes:
Hemisferio cerebral izquierdo
Es el asiento de la lógica y del pensamiento lineal. Su dominio principal es la facultad de expresión oral o lenguaje; involucra la lógica en las relaciones que se establecen entre las cosas de una forma sistemática y concreta; el análisis para la distinción y separación de las partes de un todo hasta llegar al conocimiento de sus principios básicos; la ciencia y los procesos secuenciales de información. Planifica, controla el tiempo, es exacto y concreto, siempre en busca de resúmenes y conclusiones a través de las preguntas: ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? y ¿porqué? nos induce a la crítica, el juicio y los detalles. Es pasivo para recibir información, sigue las instrucciones de manera unidimensional, lenta y gradualmente.
Hemisferio cerebral derecho
Una de sus características principales consiste en procesar información visual para reconocer objetos desde diversas perspectivas. Es el centro de los procesos intelectuales no ordenados. Se especializa en crear imágenes mentales tridimensionales, es espacial y de pensamiento holístico, lo que le permite comprender modelos, mapas y todo lo relacionado con formas y volúmenes.
En este hemisferio no existe rigidez de pensamiento. Se puede estimular con la meditación, la relajación, el canto y la música, la imaginación, metáforas, colores, experiencias in situ.
Hemos visto a grandes rasgos, algunas de las funciones principales de cada uno de los hemisferios cerebrales. La predominancia de uno sobre el otro no implica ventaja o desventaja; pero cuando se involucran ambos en la enseñanza y el aprendizaje, los resultados son mejores.
Existen tests para determinar el perfil cerebral. Básicamente nos daremos cuenta que una persona es de pensamiento lógico cuando tienden a ser cuantitativas, sus ideas están basadas en hechos, ignoran y evitan la intuición, lo ambiguo, se preocupan por los detalles, piensan secuencialmente, analizan y fragmentan las preguntas y respuestas, buscan la causa y el efecto, les gusta el orden, las matemáticas, los números, y para resolver problemas estudian los hechos pasa a paso. Por otro lado, quienes tienen predominio del cerebro derecho, atrapan ideas con rapidez, trabajan con diversos conceptos de forma simultánea, son pensadores hacia adentro, callan por dificultad para expresarse, son altamente creativos, prefieren las cosas artísticas y todo lo que pueden visualizar e imaginar, son desordenados y pueden trabajar en varios proyectos a la vez.
Una vez que se ha conocido cómo funciona y como está estructurado el sistema cerebral humano, estamos en posibilidad de entender cuál es la importancia del uso de los mapas mentales en la educación.
LOS MAPAS MENTALES
El objetivo de los mapas mentales consiste en estimular el pensamiento y las acciones de naturaleza creativa; permiten una visión general de los problemas, facilitan el hallazgo de la mejor solución. Quienes los utilizan dejan de ser simples receptores de información, pasando de una actitud pasiva o conformista a otra de carácter más activo, en la cual el cerebro se emplea globalmente.
Con las investigaciones de Roger Sperry y de Robert Ornstein sobre los hemisferios izquierdo y derecho se concluye que a las técnicas de tomar apuntes se les debe incorporar el uso de ambas estructuras mentales, es decir, que a las palabras, números, secuencias, orden y líneas, hay que agregarles colores, imágenes, dimensiones, símbolos, ritmos visuales e, incluso, exageración, contracción y absurdidad.
La naturaleza de los mapas mentales se relaciona profundamente con la naturaleza multimodal y multifuncional de la mente humana. Por esa razón son muy útiles en cualquier actividad en la que se involucre la memoria, la planificación y la creatividad, como es el caso en el diseño de discursos, tomar apuntes, presentar exámenes, redactar un libro o una tesis. Estas herramientas pueden abarcar desde las primeras lecciones escolares hasta un gran proyecto científico.
Pasos para elaborar un mapa mental
Preparar los materiales necesarios:
La información completa que se utilizará: libros, apuntes, revistas, de internet, enciclopedias, artículos, etc.
Papel en blanco, reglas, plantillas de diversas formas y figuras, marcador, rotulador, tizas, lápices, compás.
Preparar un ambiente adecuado: con música suave, practicar algunas inspiraciones para la relajación.
Leer primero todo el material para conocer la totalidad de la información, para analizar los puntos principales del contenido, saber cuántos subcentros tendrá el mapa y la profundidad que ha de tener el manejo de la información.
Seleccionar los colores que se usarán para resaltar las ideas más importantes en el material escrito en el mapa.
Jerarquizar lo más importante y comenzar a diseñar el mapa mental conforme a los siguientes puntos:
i. Colocar la hoja de papel blanco horizontalmente, ya que esta posición permite mayor facilidad para escribir y la distribución de espacio.
ii. Diseño del centro. Es el origen de las ideas y punto fundamental en el mapa que dispone de espacio alrededor para expandirse. Debe ser visualmente llamativo en color, tamaño, y contenido, para lo cual pueden combinarse imágenes y palabras interrelacionadas armónicamente.
iii. Organización. Permite distinguir las ideas, clasificándolas y relacionándolas de acuerdo con los vínculos informativos que permitan establecer conexiones, manteniendo el orden, la jerarquía de ideas y la claridad visual.
iv. Agrupación. Si se parte del centro, la información puede clasificarse en forma irradiante, mediante el uso de subcentros para que el material sea organizado en un número de partes, fácilmente recordable, que estimule la memoria inmediata.
v. Asociaciones. Las palabras, ideas e imágenes asociadas entre sí permiten ser recordadas simultáneamente. La asociación se realiza uniendo estos elementos mediante flechas, líneas, vínculos, tomando en cuenta su proximidad.
vi. Imaginación. Es un poderoso recurso del hemisferio derecho que desarrolla el pensamiento creativo, al procesar la información existente para la generación de nuevas ideas en forma espontánea. Las ideas creativas surgen cuado la mente se encuentra relajada.
vii. Imágenes visuales. Son más fácilmente recordadas que las palabras, por lo tanto, tienen mayor impacto en la memoria que la escritura. Hay que recordar que “una imagen dice más que mil palabras”.
viii. Tipo de letra. Las palabras escritas en letra de imprenta facilitan la lectura y la visualización, evitan la confusión entre palabras similares y simplifican el recuerdo y ocupan menos espacio.
ix. Uso de palabras clave. Son sustantivos, verbos y adjetivos relevantes en el tema que establecen relaciones entre los diferentes aspectos.
x. Uso de colores. Rompe con la monotonía y es fundamental para la estimulación del recuerdo, la memoria, la creatividad, la motivación y el entendimiento. El color activa el cerebro.
xi. Claridad. La información presentada debe reconocerse con facilidad y ser visualmente clara para que el cerebro la pueda recibir y procesar con efectividad.
xii. Divertido. Hacer un mapa mental entretenido permite romper con la rutina, despertar la motivación, además proporciona disfrute y placer al diseñarlo.
xiii. Abarcar todo el cerebro. La creación de un mapa mental involucra ambos hemisferios, por lo que ayuda a desarrollar todo el potencial de la mente, al aplicarse las dos formas de pensamiento: el lineal y el espacial.
xiv. Resaltar. Se destacan los elementos más importantes al utilizar distintos recursos visuales que incorporen luz y vida en las palabras e imágenes.
xv. Símbolos. El uso de ellos sirve para reemplazar palabras o ideas. Son altamente visuales y permiten identificar con facilidad la palabra representada, ahorrando tiempo en el proceso.
xvi. Dimensión. Se aprovecha lo sobresaliente de las imágenes volumétricas para destacar la información y las imágenes más importantes.
xvii. Dibujo. Consiste en transformar en imágenes la información escrita, lo que resulta de gran provecho para alumnos visuales.
En este artículo se han expuesto algunos puntos básicos para la elaboración de un mapa mental. No obstante, puede ahondarse sobre el tema, consultando la bibliografía en referencia o a través de cualquier otro medio informativo.
Bibliografía
- Montes, Zoraida de. Y otros. Mapas Mentales Paso a Paso. Alfaomega Grupo Editor, S.A. DE C.V. México, D.F. 2002.
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