El mexicano y la identidad nacional
Ponente: Adolfo Torres Martínez
México lindo y querido,
si muero lejos de ti,
que digan que estoy dormido,
y que me traigan aquí.
La anterior frase fue inmortalizada en una canción por el gran cantante Jorge Negrete, en ella se eleva todo el sentimiento de una nación, ansiosa de consolidar un ideal histórico propio.
Hoy, a casi ciento noventa y cuatro años de la Independencia Nacional, el mexicano ha encontrado una identidad, mezcla de crisol multiétnico del cual es producto. En el mexicano no hay diferencias que no se puedan solucionar con el diálogo. Contrario a otras latitudes, el nacionalismo mexicano une a millones de personas de diferentes razas y religiones.
Hace apenas unas semanas, se difundían por la televisión los conflictos suscitados en diferentes partes del mundo, debidos principalmente a las diferencias raciales, religiosas y económicas que se daban en grupos hermanos, como lo era el caso de Irlanda, donde católicos y protestantes viven en continuo conflicto por la tierra. Caso más grave lo representa la extinta Yugoslavia, país que los últimos doce años se ha desgarrado, víctima de los roces entre servios, croatas, bosnios y macedonios, que han hecho de esa tierra un constante campo de batalla.
A pesar de que en el país conviven día con día mestizos, indígenas, blancos y muchos otros grupos, antes que etnias, México constituye una nación donde tienen cabida todo tipo de manifestaciones sociales y culturales.
Por otro lado, un grupo numeroso de compatriotas se niega a perder sus raíces aun estando fuera de la tierra que lo vio nacer; la segunda ciudad en el mundo con más mexicanos está fuera de México, se trata de Los Ángeles, donde millones de coterráneos se niegan a dejar sus costumbres, heredados de una madre que llora a sus hijos orgullosa, al verlos salir en busca de un futuro mejor.
Tras la conquista se mezcló la sangre de grupos anteriormente rivales, para con esa fusión consolidar una sola sangre que enorgullece ahora a cien millones de mexicanos que viven dentro de este país y casi veinticinco millones, que por distintos motivos tuvieron que abandonarlo. A estos últimos se les escucha otra vieja canción que dice: Qué lejos estoy del suelo donde he nacido, inmensa nostalgia invade mi pensamiento
y al verme tan solo y triste, cual hoja al viento,
quisiera llorar, quisiera morir de sentimiento
Esta, señores, es la nación mexicana. Pese a toda problemática que la aqueja, los ciudadanos no están dispuestos a darse por vencidos y luchar por los ideales de un país mejor para todos.
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