Libertad de Expresión
Por Adolfo Torres Martínez
Estudiante L.C.C. IX Cuatrim. E l pasado domingo 28 de junio, miles de personas salieron a las calles de la capital mexicana, así como en otras ciudades de la nación para expresar su repudio a la violencia y a la impunidad que existe en el país en la actualidad.
Enfundados en ropa blanca, señalaban que en esta nación la gran mayoría de sus habitantes lo único que busca es tener la oportunidad de vivir en paz y en armonía con los demás conciudadanos de este hermoso lugar. Sin embargo, la pregunta en este caso sería ¿cuántos de los ahí presentes denunciaron ante la autoridad algún atraco? ¿Cuántos expresaron en forma individual, lo que colectivamente revelaban?
En verdad, los índices de impunidad en este país son increíbles, pero mientras toda persona que sufra vejaciones se mantenga callada, poco o nada podrán hacer las autoridades. Por lo tanto, es necesario que así como se levanta la voz en grupo, ésta igualmente se alce en forma personal, por quien sufre de maltratos, de otro modo, su voz se perderá en el silencio.
El que esto escribe realizó un pequeño poema hace ya algunos años, en él se indica lo importante que es que primero hable el individuo, para poder ser escuchado.
Hoy al despertar quise gritar,
Sin embargo, las palabras se perdieron en el silencio
Quería que el mundo me hiciera caso,
Pero mi voz no respondía,
El alma pedía ser escuchada,
Pero sólo un suspiro fue la voz que salió de mí ser.
Sin embargo, seguí luchando por ser atendido,
Pero, ni una sola palabra emitió mi boca,
Gritaba desde el silencio, más nadie escuchaba,
Pues yo mismo no entendía el porque de mi mudez.
No obstante, luchaba porque los demás atendieran mi alma,
Exigía ser atendido,
Pero cómo podría demandar,
Lo que no estaba dispuesto a dar a los demás.
Fue en ese momento,
Que el aire inundó mis pulmones
Y pude gritar desde el silencio mismo.
La libertad de expresión está en cada uno, sólo se debe saber cómo lograrla y sobre todo, exigirla a uno mismo antes que a los otros. G |