Habilidades para la Enseñanza

Ana Cecilia Espinosa Martínez

El presente artículo, y los que a él seguirán como continuación en próximos números, buscan mostrar algunas herramientas prácticas para el mejor desempeño de la docencia en nuestra Universidad.


Sabemos que una preocupación constante de todo maestro consciente de la trascendencia de su tarea, es la búsqueda de estrategias que le permitan mejorar el proceso de enseñanza - aprendizaje.

Sabemos también, que esa preocupación tiene alcances diferentes: desde la búsqueda afanosa de una fórmula que nos asegure el éxito, a manera de receta infalible; hasta la concepción y práctica de situaciones nuevas y creativas, resultado del tránsito de los caminos de la heurística y la inventiva, de la propia experiencia o de la investigación del quehacer docente.

No obstante, todo maestro, e s p e c i a l m e n t e el experimentado, sabe que no existen fórmulas últimas que garanticen siempre el éxito; y el nuevo docente, no tarda en aprender y experimentar esta situación, una vez que enfrenta la realidad última de sus grupos.

Ahora bien, si estas fórmulas de las que hablamos no existen, ¿qué queda entonces al maestro por hacer?, ¿qué puede implementar de modo que al menos la probabilidad de mejorar el proceso de e n s e ñ a j e 1

sea mayor?

Muchos son los autores que han intentado responder esta interrogante y muchos son también los aportes, pero, desde nuestro particular punto de vista, uno de los autores que aborda con mayor claridad y sencillez esta situación, es el profesor Carlos ZarZar Charur, quien en su obra Habilidades Básicas para la Docencia , expone a l g u n a s competencias y destrezas que el profesional de la educación deberá desarrollar en el desempeño de su práctica y cuyo ejercicio le aseguran, en cierta medida, posibilidades de éxito a la hora de afrontar la riquísima y compleja diversidad que la realidad de las aulas representa.

Este artículo es pues una recopilación resumida de su obra. Todo el crédito del contenido es del profesor ZarZar Charur. En todo caso los aportes de quien ahora escribe se limitan a la síntesis y la interpretación de las ideas del autor.

Habiendo aclarado lo anterior, comencemos.

En términos generales el profesor ZarZar Charur habla de cinco habilidades básicas que el profesor deberá desarrollar:

1. Definir los objetivos de aprendizaje

2. Diseñar el plan de trabajo de un curso y redactar el programa

3. Desarrollar el encuadre en las primeras sesiones

4. Diseñar e instrumentar actividades de aprendizaje y evaluación de los aprendizajes.

5. Integrar y coordinar equipos de trabajo y grupos de aprendizaje.

Pero para efectos de este primer artículo, nos ocuparemos de las dos primeras habilidades.

Habilidad 1: Definir los objetivos de aprendizaje

  La definición de los objetivos de aprendizaje es un elemento fundamental de la planeación didáctica, pues de e l l o s d e p e n d e d i r e c t a m e n t e la estructuración del contenido, la organización del curso, el diseño de las actividades de aprendizaje, los criterios y medios de evaluación, entre otros.

Existen distintas corrientes teóricas sobre la didáctica y cada una entiende de manera distinta la forma en que han de determinarse los objetivos de aprendizaje 2 ; no obstante, todas coinciden en que su definición es crucial para el acto educativo.

En este sentido, el profesor Charur propone definir como o b j e t i v o s de aprendizaje las líneas generales que van a orientar el trabajo docente. Éstos deberán construirse en función de la respuesta a la pregunta genérica ¿Qué es lo que se desea que los alumnos a p r e n d a n ?

La tipología que el autor propone es muy sencilla, y es la siguiente:

Objetivos de aprendizaje de carácter informativo:

Éstos “...se refieren a la información con que el alumno entra en contacto durante nuestro curso, y definen o describen el nivel o grado de apropiación que debe conseguir en relación con ellos.” (ZarZar, 1994:17)

Se sugieren tres nieveles de objetivos de aprendizaje informativos:

El primer nivel es conocer, es decir, el estudiante deberá saber que algo existe: hechos, contenidos, ideas; pero sin llegar a una mayor p r o f u n d i z a c i ó n o comprensión.

El segundo nivel es comprender: aquí la intención es que el alumno entienda de manera profunda los contenidos e ideas que se abordan.

Finalmente, el tercer nivel es manejar, es decir, la a p l i c a c i ó n de los conocimientos en situaciones tanto teóricas como prácticas.


Para alcanzar cada uno de estos niveles el profesor deberá emplear diversas técnicas, procurando no abusar de ellas. Así, por ejemplo, para el nivel uno, la técnica expositiva es muy útil para lograr que los estudiantes tengan ese primer contacto con la información o contenido, pero también pueden emplearse otros medios que la complementen como lecturas, conferencias, películas...

Ahora bien, para efectos de alcanzar el segundo nivel, la situación cambia, el profesor deberá hacer acopio de diversos materiales para explicar y exponer la información. La técnica expositiva, tan socorrida, no será suficiente. A l g u n a s t é c n i c a s alternativas que pueden servir a este propósito son la del interrogatorio y la del debate o discusión en grupos pequeños o en plenario.

Por último, respecto del tercer nivel, debemos aclarar que la técnica de exposición no tiene ninguna utilidad para alcanzar este tipo de objetivos, pues aquí se requiere de realizar actividades que propicien la participación dinámica del alumno dentro y fuera del espacio del aula, a través de tareas y actividades diversas.

Objetivos de aprendizaje de carácter formativo:

Puesto que la escuela no se dedica sólo a informar, sino también y sobre todo a formar - y esta afirmación es válida para todos los niveles de escolaridad, incluyendo el universitario, en tanto que las instituciones de educación superior se ocupan de la formación de los profesionistas que serán útiles a nuestra sociedad- el profesor deberá definir, además de los objetivos informativos, los objetivos de formación.

Los objetivos formativos de aprendizaje, a diferencia de los informativos, que deben alcanzarse completamente durante el curso, requerirán de más tiempo y del trabajo colegiado de los maestros para conseguirse. Veamos en que consisten:

“Cuando hablamos de los objetivos formativos de aprendizaje, nos referimos a la formación intelectual, a la formación humana, a la formación social y la formación específicamente profesional” (ZarZar,op.cit:20)

De formación intelectual. Se trata de la adquisición de métodos, habilidades o destrezas, actitudes y valores de tipo intelectual. Los objetivos de aprendizaje estarán e n t o n c e s relacionados con el pensar, razonar, analizar, sintetizar, deducir abstraer o inducir, aprender a leer y comprender lo que se lee, resumir, e s q u e m a t i z ar, preparar exposiciones, expresar ideas por escrito correctamente, investigar, experimentar, comprobar o refutar hipótesis, aprender a estudiar, a discutir con otros, a fundamentar lo que se dice, tener actitud crítica, curiosidad intelectual...

De formación humana . Dentro de ellos se incluye: fomentar la honestidad, el sentido de responsabilidad, valor civil, el sentido de justicia, la búsqueda de la verdad, la calidad y la excelencia, el deseo de superación c o n s t a n t e, despertar el espíritu de profesionalismo, aprender a conocerse a sí mismo, a aceptar sus limitaciones...

De formación social . Se trata de objetivos como: convivir de manera armónica con diferentes grupos y personas, trabajar en equipo, desarrollar espíritu de colaboración y participación, r e s p e t a r normas, culturas y tradiciones e ideologías, compartir con los demás lo que se posee, fomentar una consciencia social para conocer el estado del país...

De formación profesional : Aquí se incluye el desarrollo de actitudes, valores y habilidades que ubican al estudiante, como futuro profesionista, por ejemplo: desarrollar un sentido de ética; aprender a analizar problemas y conflictos y a resolverlos; a p l i c a r conocimientos teóricos a la práctica p r o f e s i o n a l; aprender a investigar, a buscar y localizar datos que necesite; buscar más que recibir, aportar en su trabajo; buscar beneficios para toda la sociedad en general, tener espíritu de iniciativa responsabilidad y desarrollar la creatividad...

Es importante aclarar que estos objetivos formativos no se logran incluyendo contenidos nuevos durante el curso, sino a través de la manera de trabajar los contenidos incluidos en el programa de estudios. De ahí que la forma en que el docente organice y trabaje su curso sea tan importante o más que los contenidos mismos.

  Habilidad 2: Diseñar el plan de trabajo de un curso y redactar el programa

Normalmente, el profesor recibirá de la institución para la que labora, un programa de la materia que se espera que imparta. Ese programa, es denominado por el autor institucional , pero a éste, sugiere ZarZar, el profesor ha de traducirlo en un programa de trabajo personal.

Partiendo de esta idea, con la que comulgamos, el autor sugiere distinguir tres programas de estudio: el de la institución, el de maestro y el del alumno.

Por cuanto al programa institucional , se espera que el programa de estudio de cada materia que otorgue la institución al docente, sea lo suficientemente explícito para que éste sepa lo que debe enseñar y para qué lo va a enseñar, es decir, los contenidos básicos y los objetivos g e n e r a l e s, r e s p e c t i v a m e n t e. Igualmente, deberá sugerir la bibliografía base para el desarrollo del curso. Idealmente, el plan de estudios de la institución deberá permitir que cada profesor lo enriquezca, mediante la elaboración de su propio plan de trabajo personal.

También será importante, que el profesor obtenga un mapa curricular de la carrera dentro del cual se inscribe la materia que va a impartir, de modo que pueda ubicar teóricamente lo que enseña y pueda ayudar a sus alumnos a entender la relación con otras materias paralelas, antecedentes o subsecuentes. El profesor deberá contar también con una copia del perfil del egresado diseñado para el plan de estudios de la carrera, de modo que esté consciente del tipo de profesionista que la institución pretende formar y pueda, por tanto, establecer, más fácilmente sus objetivos de tipo formativo.

La institución deberá además hacer del conocimiento del profesor los criterios metodológicos que rigen a todas las materias del plan de estudios, de modo que exista coherencia metodológica entre todas las materias y se refuerce, también, la formación de los alumnos.

Por su parte, el profesor deberá entregar a la coordinación de carrera una copia del programa de estudios o plan de trabajo que siguió durante el semestre. Esta información servirá a la coordinación para evaluar los planes y programas de estudios y también como guías o ejemplos a otros profesores que impartan la materia.

Respecto del plan de trabajo del profesor : Éste ha de ser exhaustivo y detallado, pues debe contener todos los elementos que le ayuden a impartir mejor su materia.

Los principales aspectos que deberá contener dicho plan son dos:

•  Aspectos generales del curso:

Que incluye:

•  Datos g e n e r a l e s : nombre de la materia, tipo (teórica, práctica, taller, seminario...), número de créditos asignados, número de horas de clase por semana, carrera y semestre en que se imparte.

• 
Ubicación de la materia : en el plan de estudios, es decir, su relación con otras materias: que le anteceden o subsiguen; así como también su relación con materias paralelas...

•  Objetivos generales de aprendizaje : tanto los informativos, como los formativos.

•  Contenidos temáticos : organizados en unidades temáticas -y no en un simple listado- de modo que proporcione a los alumnos un esquema en el que puedan ubicar más fácilmente lo que estudien y también, de modo que proporcionen espacios naturales para realizar evaluaciones continuas del proceso enseñanza-aprendizaje.

•  Metodología de trabajo: representa el cómo, la forma de trabajo, el tipo de participación que se pide a los alumnos, la definición de sus responsabilidades.

•  Criterios y mecanismos de evaluación y acreditación .

•  Bibliografía : la básica, que el la que será leída por todos de manera obligatoria y la complementaria.

2. Planeación didáctica de cada tema, unidad temática o sesión de trabajo con el grupo.

El autor sugiere al maestro hacer esta planeación guiado por la siguiente pregunta: ¿Cuál es la mejor forma de trabajar esta unidad temática o tema, en función del logro de los objetivos formativos e informativos planteados? y en función de la respuesta determinar qué hacer, cómo hacerlo, dónde hacerlo y cuándo llevarlo a cabo.

La planeación didáctica, consistirá entonces, tanto en la asignación de los tiempos para tratar cada unidad temática, como en el establecimiento, preparación y programación de las actividades de aprendizaje y enseñanza que los estudiantes y el maestro llevarán a cabo durante las sesiones de clase en que se aborde esa unidad y las que ambos tendrán que realizar fuera del aula.

D e f i n i t i v a m e n t e, para efectos de la determinación de las actividades y tareas de aprendizaje (por ejemplo desarrollo de tareas individuales, trabajo en grupo, investigación, discusión en plenario,...) y enseñanza (organización de grupos de trabajo, debates, exposición, visitas...) a realizar, será importante tener en cuenta, entre otras cosas, el número de horas que se ha planeado destinar a esa unidad; así como el nivel de aprendizaje (conocer, comprender, manejar) que se requiere de los estudiantes, derivado de los objetivos informativos planteados. Igualmente, será importante observar el tipo y alcance planteado para los objetivos formativos.

Por ejemplo, nos dice el autor, si un profesor de historia está abordando como unidad temática; “ La educación en México durante el sexenio de Echeverría y su objetivo es únicamente que el estudiante conozca los hechos educativos principales de ese período, la mejor forma de lograrlo sería mediante la técnica expositiva, pues con ella puede agotar el tema en poco tiempo, con precisión y exactitud. No obstante si el objetivo es además comprender las implicaciones de la política educativa de ese período, el maestro tendrá que cambiar de estrategia, pidiendo a los alumnos que realicen trabajo de investigación o de lectura de diversos autores e incluyendo otro tipo de elementos de análisis en sus exposiciones, c o m o discusiones grupales, a modo de verificar que realmente se ha comprendido lo expuesto.

Ahora bien, si el objetivo fuera que el alumno alcance el nivel de aplicación, el maestro podría asignar como tarea el desarrollo de ensayos o la organización de debates en la que los alumnos defiendan o refuten las políticas del sexenio.

Pero como el profesor se ha planteado objetivos de tipo formativo, quizá le interesa que sus alumnos aprendan a formar sus propios juicios sobre los acontecimientos estudiados, que muestren una actitud crítica, que fundamenten sus apreciaciones y las defiendan.... Para ello, algunas de las actividades antes mencionadas son útiles, como la realización de lecturas y las discusiones grupales, debates y redacción de ensayos. Pero puede agregar otros elementos para oarientar esas actividades enf unción de los objetivos formativos. Por ejemplo, pedir la redacción de una síntesis de lo leído que incluya su propia postura sobre lo que afirma el autor o pedir, durante los debates que fundamente sus afirmaciones.

Como se ve, la manera en que se plantean los objetivos informativos y formativos, determina la forma de trabajo que el profesor decida seguir. Por su puesto, esa forma de trabajo, debe estar encaminada al mejor logro de los objetivos.


Finalmente, una vez que se han determinado las actividades anteriores, el profesor tendrá que determinar los mecanismos que empleará para evaluar los aprendizajes y los criterios para asignar calificaciones. Existen varias opciones en este sentido, por ejemplo las técnicas de discusión en grupo y de debate, aportan elementos para evaluar el logro de los objetivos. Lo mismo aplica al ensayo y los reportes de lectura. El maestro puede incluso decidir no aplicar examen, sino que asignará la calificación en función de ciertas tareas y actividades, por ejemplo: 50% al ensayo escrito, 30% a los reportes de lectura y 20% a la participación en las técnicas y actividades grupales.

Para síntetizar, los elementos que la planeación didáctica de una unidad temática incluyen:

•  Objetivos que se espera lograr en esa unidad, tanto informativos como formativos.

•  Tiempo programado en general para la unidad y en particular para cada actividad.

•  Actividades o técnicas a realizar , así como trabajos o tareas que los alumnos realizarán y su programación.

•  Materiales requeridos para realizar las actividades.

•  Mecanismos para la evaluación de los avances y su programación.

Por último, hablaremos del plan de trabajo del alumno .

En tanto que es el estudiante el sujeto en formación, éste deberá concebirse como el actor principal, el protagonista del proceso educativo, dejando en un plano de guía y facilitador al profesor. Ello significa que “...desde el momento en que elabora su plan de trabajo, el profesor tiene en mente, como objeto de toda su actividad, la figura del alumno.” (Ibid:41)

Así, una vez que redacta su programa personal de trabajo, el maestro deberá elaborar el programa de trabajo que deberán desarrollar los estudiantes, mismo que habrá de entregarles en las primeras sesiones de clase, durante la actividad e n o m i n a d a encuadre , que más tarde explicaremos.

El objetivo de este programa es, por una parte, servir como introducción general a la asignatura; así como conformar un mapa conceptual de los contenidos de modo que los alumnos puedan ubicar, en el contexto de su carrera, lo que estudiarán; pero por otra parte, la presentación del programa a los alumnos y su discusión presenta otras ventajas además de que conozcan su contenido y lo que se espera de ellos, ya que de alguna manera, contribuye a disminuir el grado de ansiedad o angustia que los estudiantes suelen presentar en la prima sesión de clases. Finalmente, el discutir el programa con los estudiantes demuestra que el profesor realmente les toma en cuenta y eso generalmente deviene en un mayor compromiso de su parte hacia el logro de los objetivos de aprendizaje.

Los elementos que se sugieren para el programa del alumno incluyen:

•  Presentación del curso: Importancia de la materia, sobre que versa ésta en términos generales, su ubicación en el plan de estudios y su relación con otras materias.

•  O b j e t i v o s de aprendizaje : Incluye los objetivos de carácter informativo que pretenden lograrse durante el curso, los objetivos de carácter formativo podrán también incluirse, si el profesor los considera adecuado, aunque debe tenerse en cuenta que éstos no siempre se proponen para alcanzarse a un plazo corto o durante un curso.

•  Contenido . Organizados por unidades temáticas y no como un listado continuo de temas.

•  Metodología de Trabajo : implica definir el cómo se va a t r a b a j a r, d e t e r m i n a r las responsabilidades de los estudiantes y lo que de ellos se espera.

•  Bibliografía básica y complementaria.

•  Criterios de evaluación y acreditación.

Como se ve, los elementos que debe contener el programa del alumno los tiene ya el del profesor. No obstante, es recomendable traducirlos a un lenguaje inteligible para los estudiantes.

Para terminar, diremos que la consecución y el ejercicio de estas dos primeras habilidades por parte del maestro, le permitirán el desarrollo de un curso mejor organizado, más definido, y por tanto con mayores probabilidades de éxito.

Bibliografía

•  ZarZar Charur, Carlos (1994) H abilidades Básicas para la Docencia . S.E.P. México. 127p.

El término enseñaje, de origen español, pretende abarcar los conceptos: enseñanza y aprendizaje. Así, cuando se refiera el término proceso de enseñaje , estaremos hablando del proceso de enseñanza-aprendizaje.

2 Por ejemplo para la corriente denominada T e c n o l o g í a Educativa, que empleaba la taxonomía de Bloom, los objetivos de aprendizaje debían ser determinados en términos de conductas observables específicas, de modo que cada materia incluía objetivos generales, particulares, intermedios, específicos, suscitándose casos en los que una asignatura incluía cientos de objetivos conductuales...

 


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