Los derechos humanos en México

Ponencia participante en el 7° Evento de Mesas Redondas:

“Los derechos humanos en México”

Por: Gabriela Scartascini Spadaro

  Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia”.

Lito Nebbia

En su libro La visión de los vencidos , el historiador Miguel León-Portilla expresa, a través de los códices escritos hace 500 años, la actitud del pueblo mesoamericano frente a la conquista y colonización española. Esta odisea acerca del asedio y la rendición de México-Tenochtitlán es un ejemplo de cómo se consumó uno de los hechos más violentos contra los derechos humanos. Leamos un fragmento de La visión de los vencidos :

“La matanza del Templo Mayor (Códice Florentino)

    Pues algunos intentaban salir: allí en la entrada los herían, los apuñalaban. Otros escalaban los muros; pero no pudieron salvarse. Otros se metieron en la casa común: allí sí se pusieron en salvo Otros se entremetieron entre los muertos, se fingieron muertos para escapar. Aparentando ser muertos, se salvaron. Pero si entonces alguno se ponía en pie, lo veían y lo acuchillaban. 

    La sangre de los guerreros cual si fuera agua corría: como agua que se ha encharcado y el hedor de la sangre se alzaba al aire, y de las entrañas que parecían arrastrarse. 

Gabriela Scartascini Y los españoles andaban por doquiera en busca de las casas de la comunidad: por doquiera lanzaban estocadas, buscaban cosas: por si alguno estaba oculto allí; por doquiera anduvieron, todo lo escudriñaron. En las casas comunales por todas partes rebuscaron”. 

Durante cinco siglos, los países de América Latina, tanto de habla hispana como portuguesa, hemos celebrado el Día de la Raza. Nos han hecho percibirlo como el momento “glorioso” del encuentro de dos culturas que se enriquecieron a través de su contacto. Sin embargo, si esta historia con olor a muerte nos llegara de países lejanos, orientales y no occidentales, estaríamos hablando de crímenes de lesa humanidad cometidos en contra de gente cuyos derechos humanos fueron violados por pertenecer a minorías con una visión ética y espiritual distinta a la de la mayoría, los europeos en este caso.

Aún hoy, cinco siglos después y hablando de México en particular, seguimos viendo situaciones en las que los dueños de la tierra ven confrontadas sus necesidades y saboteados sus legados y herencias, en nombre de quienes no tienen el gusto de conocer, pero que “son superiores por historia y tradición”, eso dicen los vencedores.

A pesar de esta larga historia de dolor y violencia, todavía percibimos la sabiduría de hombres y mujeres que protegen otra sabiduría: la que emana de la tierra, de sus plantas para curar, de sus frutos para alimentarse, de sus esencias y sus especies, de su suelo para descansar y enterrar a los muertos. Son ellos los que se sienten tan humanos que son capaces de defender sus derechos aun con su propia vida, con esa sangre del color del camichín y el axiote.

Tal vez necesitemos otros 500 años para que la historia escriba un libro en el que el baile, el abrazo fraterno y el respeto por el otro constituyan las bases de conocimiento de los hombres. De ser así, entonces la historia podrá describirnos como seres que somos derechos y humanos. Lástima que nosotros nos quedemos fuera de ese festejo de la humanidad. Lástima que no hagamos nada por cambiar la historia en el tiempo en el que nos ha tocado ser protagonistas. Lástima que no nos demos cuenta. Lástima.

REVISTA
NO. 21