DOS DE SCARTASCINI: “MUJERCITAS” Y “NUNCA GANARÁS”

Por: Gabriela Scartascini Spadaro

 

MUJERCITAS

“Eva sale y remonta vuelo.

Eva deja de ser costilla”.

Silvio Rodríguez

 

Parece ser que todo comenzó con la primera mujer. La lucha y la tensión entre los fuertes y los débiles… la guerra de los sexos. Subordinación, rechazo, protección, violencia, discriminación, aceptación, confrontación, temor, angustia, convivencia, valentía: son algunas de las claves que se han entrelazado en el péndulo de la historia.

Demasiadas fueron las voces, en violento murmullo, en ahogado silencio, hasta que la Ley decidió escuchar un clamor de siglos; esto ocurrió cuando los signos de la historia permitieron que esos reclamos fueran escuchados en diferentes culturas en las que los derechos humanos comenzaron a designar, en su reclamo de justicia, un camino más allá de los países y sus situaciones sociales.

El siglo XX debió hacerse cargo del cambio que produce la dinámica de la historia y, en los años previos a la primera guerra mundial, declara el 8 de marzo como el día internacional de la mujer. A su vez, se crean asociaciones cuyos objetivos se encaminan a la defensa y la equidad de género. Entre ellos, mencionamos al Instituto de la Mujer, en España; el Ministerio de la mujer, en Chile y el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), creado en 1976.

 

Es en estas organizaciones de ayuda humanitaria donde surgen estrategias concretas de defensa y protección que les permiten a las mujeres: “desarrollar la confianza en sí mismas y disminuir la dependencia de otros (…), determinar sus propias necesidades y prioridades” (Kottak, 2003).

Dentro de este plan de acción mundial, en 1981, se fecha el 25 de noviembre como el día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.

FOTOGRAFÍA: MARTHA ROMERO TOPETE

De agresiones está lleno el camino de la historia

"La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y la paz."

Kofi Annan

En mayo del año 2004, un organismo como la Real Academia Española incorpora, entre los temas a desarrollar y definir, el concepto “violencia de género”. Es la misma institución la que menciona que la expresión surge a partir de 1995 a raíz del Congreso sobre la Mujer celebrado en Pekín (Beijing). Asimismo, la Santa Sede del Vaticano debió tomar parte y definir su postura sobre cómo conceptuar y ubicarse frente a los reclamos e intereses opuestos que genera el tema.

Ahora bien, una de las bases más sólidas para mencionar es la ‘Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer', realizada en Belem do Para, Brasil, en 1994, que afirma en algunos artículos que me permitiré citar:

Artículo 1 . Para efectos de esta Convención debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado.


Artículo 3. Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado.


Artículo 4. Toda mujer tiene derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los derechos humanos. Estos derechos comprenden, entre otros:
el derecho a que se respete la vida;
el derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral;
el derecho a la libertad y a la seguridad personales; el derecho a no ser sometida a torturas; el derecho a que se respete y proteja a su familia;
el derecho a un recurso sencillo y rápido ante los tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos; el derecho a la libertad de profesar su religión y
a tener igualdad de acceso a las funciones públicas de su país y participar en los asuntos públicos, incluyendo la toma de decisiones.

En 1998, México ratifica este tratado internacional de derechos humanos para “la prevención, sanción y erradicación de la violencia”. En el país, las leyes protegen e igualan a cualquier ciudadano, sin distinción de sexo. México ha firmado y ratificado su compromiso de velar por estos temas, tal como el que se expresa acerca de la “eliminación de todas las formas de discriminación” (1981) en la que afirma que “la expresión ‘discriminación contra la mujer' denotará toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera”.

Sin embargo, fue necesario crear espacios en los que se defienda y represente a la mujer, entre ellos, la Comisión de equidad y género en la Cámara de Diputados o la Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez, que preside Guadalupe Morfín Otero.

Mujercitas

“Lo único que podría intentarse para salvar a la humanidad en el siglo XXI es que las mujeres asuman el manejo del mundo”.

Gabriel García Márquez.

Marie Curie, Sor Juana Inés de la Cruz, George Sand, Simone de Beauvoir y la Madre Teresa de Calcuta son algunas de las mujeres que se impusieron a su tiempo y su entorno; luces que brillaron y por las cuales el género habló y se dignificó. De Vallarta, escojo a la primera enfermera: Josefina Cortés de Torres, quien viajaba en la plataforma destinada para los soldados en los camiones de la partida militar, por camino de brecha, hasta las Palmas, a erradicar la viruela a principios del siglo XX; y, entre ellas, mi abuela María Magdalena.

Recuerdo los sábados por la mañana. Mi abuelo tomaba la escoba y el plumero y empezaba a limpiar su casa mientras mi abuela le ofrecía sus aromáticos mates, ese té que los unió y que siempre esperaba a quien llegara a la casa con flores y pájaros.

Recuerdo al abuelo Ángel barriendo y trapeando mientras ambos, entre escobas y magia, cantaban bellas melodías en el dialecto genovés de sus mayores.

Recuerdo esos tiempos en los cuales aprendí que el respeto y el afecto van de la mano entre los hombres y las mujeres.

Recuerdo esos tiempos en los cuales aprendí que es posible vivir otra historia.

Ahora bien, ¿por qué mencionar a Kofi Annan, Gabriel García Márquez, Silvio Rodríguez o al abuelo Ángel?, ¿por qué destacar la voz o la actitud de los hombres?, ¿por qué mencionarlos a ellos cuando nuestro tema es la mujer? Porque existen hombres que valoran los derechos de la mujer: a la alegría, al respeto, a la comunicación, al diálogo, a compartir el dolor, al amparo… el derecho a ser mujer; porque quienes imponen su mano son también aquéllos que pueden extenderla para sostener, compartir y sanar; porque mi abuelo Ángel defendió los derechos que María Magdalena tenía, así como ella aceptó, cuidó y logró que se arraigaran y prosperaran en su descendencia; porque estoy hablando de hombres y mujeres que son indivisibles ya que forman una sola esencia que, cuando se une en solidaridad profunda, dan continuidad al milagro de la humanidad… un milagro de alas que remontan vuelo; un milagro que despliega poesía en sus manos unidas y que le otorga, a la mujer, el derecho a vivir el milagro de la vida en igualdad y en paz. G

Fuentes consultadas

•  Asamblea General de las Naciones Unidas en http://www.unhchr.ch/huridocda/huridoca.nsf/(Symbol)/A.RES.48.104.Sp?OpenDocument

•  Comisión de equidad y género de la H. Cámara de Diputados de México, en http://www.diputados.gob.mx/comisiones/equidadygen/

•  Comisión estatal de los derechos humanos de Jalisco, en

http://www.cedhj.org.mx/infole.html

•  Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer en
http://www.cinu.org.mx/onu/estructura/fondos/unifem.htm

•  Kottak, Conrad Phillip (2003) Espejo para la humanidad. Introducción a la Antropología cultural , España, McGraw-Hill

•  Real Academia Española, en www.rae.es

NUNCA GANARÁS

  Había una vez una mujer prototipo, familia tipo, estudios, trabajo, casa y computadora. Típica señora siglo XX.

Entonces llega el nuevo milenio y la personal computer que servía para escribir como máquina de escribir se transforma en procesador de texto con internet y correo electrónico.

Entonces, a la dama se le antoja que debe saber más para estar a la altura de sus hijos y del nuevo siglo, claro está y empieza a estudiar, pues, como siempre dicen, nunca fue educada para más que para “eso” y nunca para “esto” y, de repente, por eso pasa de sesenta y cuatro a ciento veintiocho megas, de cuarenta y tres mil doscientos pasa a cincuenta y siete mil seiscientos ¿algo? de velocidad; de sólo comunicarse con los amigos, a la “comunicación asistida por computadora” uno a uno, ene a uno, uno a ene, ene a ene, uno a red, está en red, atrapada en red espero que funciones, que no se corte la luz, que no te detengas, que no grabes mal, que no envíes mail mal, que no me envíes al correo no deseado de nadie, por favor, no quiero ser rechazada, siempre el maldito rechazo que se propaga, se vislumbra, se reconfigura, nada se pierde, todo se transforma y el correo seguirá buscando a quien no desear y a quien abrazar dentro de su lista segura y por qué no puedo accesar… ¿accesar? ¿acceder?…accedesarrrrrr…más rápido que un bombero tengo que entrar a los archivos temporales, borrar los cuquis , los temporales en la C: y los temporales en la @ (que no es letra… que es signo y que lo dice la Real Academia Española y que ¡ya!) y la velocidad y el ancho de banda que te enferma, te deprime, me enfurece, me satura, me exaspera, se satura, me incita, me traspasa, me supera, me entusiasma, me fascina, me alucina porque la configuración no funciona, tengo que apagar, desenchufar, enchufar, checar, resetear, reconfigurar, reintentar recuperar los códigos, los programas, las alternativas, las actualizaciones, el software y el hardware, la memoria, necesito más memoria para necesito más memoria para…necesito más memoria para estar a la altura de las circunstancias que corren y no funciona con la redada la red hada la red mala la reseteada la reencendida la rechecada la revisada la reajustada la recansada la realterada la red alterada la realternada la red alternada la red carnada la mujer carnada la máquina anzuelo el enganche perfecto la red pesca usuarios y que nunca ganará ella y que el siglo veintiuno y que Nunca Ganará Ella.

y, que nunca, ganará ella…

y que ¡nunca!... ¡nunca?…

¿nunca?...

Ganará Ella.


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NO. 23