EL ANARQUISMO EN LA CIENCIA
Por: Claudia Tamariz y Ana Cecilia Espinosa Martínez
el anarquismo en la ciencia es la teoría de la racionalidad científica que en esta ocasión presentamos a ustedes. El exponente de esta postura es Paul Feyerabend, principalmente a través de su obra: Contra el Método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento.
En líneas generales este autor sostiene:
Cualquier metodología científica no se ajusta al quehacer científico real . Feyerabend basa sus tesis en el análisis histórico de la física y afirma que las reglas metodológicas empleadas para establecer una verdad científica son continuamente violadas por los científicos.
Al respecto, Feyerabend nos dice: “La idea de un método que contenga principios científicos, inalterables y absolutamente obligatorios que rijan los asuntos científicos entra en dificultades al ser confrontada con los resultados de la investigación histórica. En este momento nos encontramos con que no hay una sola regla, por plausible que sea, ni por firmemente basada en la epistemología que venga, que no sea infringida en una ocasión o en otra” (Feyerabend, 1975:15).
Incluso para este autor, la violación de las reglas metodológicas, lejos de dificultar el avance de la ciencia, impulsa su progreso, tal es el caso de la llamada revolución copernicana, por ejemplo.
“Llega a ser evidente que tales violaciones no ocurren accidentalmente, que no son el resultado de un conocimiento insuficiente o de una falta de atención que pudieran haberse evitado. Por el contrario, vemos que son necesarias para el progreso. (...) Esta práctica liberal (...) (la de la violación a las reglas metodológicas, patentizada en fenómenos como la revolución copernicana, el atomismo o la teoría cuántica, por ejemplo) no es meramente un hecho de la historia de la ciencia. Ni una simple manifestación de la ignorancia e inconstancia humanas. Es razonable y absolutamente necesaria para el desarrollo del conocimiento” (Feyerabend, op.cit. :15,16).
De hecho, los métodos de la ciencia lejos de impulsar el avance científico lo constriñen la historia ha demostrado que estas metodologías no han proporcionado reglas adecuadas para guiar la actividad científica. En palabras de Feyerabend:
“ La idea de que la ciencia puede y debe regirse según unas reglas fijas y de que su racionalidad consiste en un acuerdo con tales reglas no es realista y está viciada. No es realista puesto que tiene una visión demasiado simple del talento de los hombres y de las circunstancias que animan, o causan, su desarrollo. Y está viciada, puesto que el intento de fortalecer las reglas levantará indudablemente barreras a lo que los hombres podrían haber sido, y reducirá nuestra humanidad incrementando nuestras cualificaciones profesionales” (Ibidem. :136).
Para Feyerabend, además, esta idea es perjudicial a la ciencia porque pasa por alto las complejas condiciones físicas e históricas que influyen en el cambio científico y hace que la ciencia sea menos adaptable y más dogmática.
En otras palabras, Feyerabend ataca las metodologías interpretadas como conjunto de reglas que guían el quehacer de los científicos.
Como consecuencia de su visión de que cualquier clase de metodología o regla constituye un elemento que constriñe la actividad del científico, Feyerabend postula que la ciencia debe ser una empresa esencialmente anarquista, y así declara que todo vale.
“Desde esta perspectiva Feyerabend propuso una sola regla metodológica : “se admite todo”, o mejor dicho: TODO VALE” (Oriol, 1994:226).
En boca del propio Feyerabend:
“A quienes consideren el rico material que nos provee la historia y no intenten empobrecerlo para dar satisfacción a sus más bajos instintos y al deseo de seguridad intelectual que proporcionan, por ejemplo, la claridad y la precisión, a esas personas les parecerá que hay solamente un principio que puede ser defendido bajo cualquier circunstancia y en todas las etapas del desarrollo humano. Me refiero al principio todo vale” (Feyerabend, op.cit. :23).
Aunque este “todo vale” no debe ser, como afirma Chalmers, interpretado en sentido lato, sino que significa, en síntesis, que un científico no tiene por qué apegarse a una determinada metodología para hacer ciencia; así, si quiere hacer una contribución a la física no necesita estar familiarizado con metodologías contemporáneas de la ciencia, sino estar familiarizado con cierta física.
Para Feyerabend, este anarquismo teórico es más adecuado para el progreso que la ley y el orden: todo vale si con ello se consigue progreso.
De manera similar a como lo maneja Kuhn, Feyerabend emplea el concepto de inconmensurabilidad por el que dos teorías rivales no pueden ser comparadas.
Así, los significados e interpretaciones que se hagan de determinados conceptos y observaciones dependerán del marco teórico desde el que se construyan y, en ocasiones, será imposible que existan en el marco de otra teoría que es incompatible con ésta.
Algunas teorías que para Feyerabend resultan inconmensurables son:
La física de Newton - La física de Einstein
La mecánica clásica – La mecánica cuántica
El materialismo – el dualismo cuerpo-alma.
De aquí se desprende que, para Feyerabend, el conocimiento sólo puede ser juzgado de acuerdo a un contexto determinado y también se deduce que la elección que los científicos hacen de una determinada teoría responde a elementos enteramente subjetivos:
“Lo que quedan (después de haber eliminado la posibilidad de comparar lógicamente teorías...) son juicios estéticos, juicios de gusto y nuestros propios deseos subjetivos ” (Ibidem. :133).
Otro supuesto de Feyerabend que se desprende de su tesis de la inconmensurabilidad es la idea de que la ciencia no es necesariamente superior a otras formas de conocimiento, pues se trata de formas de conocimiento inconmensurables y, por tanto, imposibles de comparar entre sí para determinar la superioridad de una u otra.
Opina Feyerabend que muchos científicos, sin dar argumentos, afirman que la ciencia constituye el paradigma de la racionalidad y al respecto se pregunta: “¿No existe más que una sola “racionalidad” encarnada en las actividades científicas? ¿O bien hay que admitir que otros conocimientos (generalmente despreciados en las llamadas sociedades avanzadas) sean “racionales” a su manera?” (Thuillier, 1990: 30).
Como respuesta, el autor sostiene que las especulaciones metafísicas, los mitos, las cosmogonías son capaces de proporcionar una explicación verdadera.
Afirma que existe, a lo sumo, una diferencia de grado entre otros tipos de conocimiento, como por ejemplo el mito, y el conocimiento de la ciencia.
“...mitos y metafísica son alternativas a la ciencia y pueden proporcionar un conocimiento que no esté contenido y hasta puede ser negado por la ciencia” (Oriol, et.al., op.cit.: 226).
La ciencia, afirma, es una de muchas formas de conocimiento pero ni siquiera es la mejor.
Aunque una buena parte de la postura de Feyerabend es negativa en cuanto crítica del método en la ciencia, su aspecto positivo y propositivo es su llamada “ actitud humanitaria”, que postula la libertad del individuo y el cultivo de la individualidad como camino para producir seres humanos bien desarrollados.
En defensa de esta libertad individual es que postula un anarquismo en el conocimiento científico al sostener que todo sistema de reglas y métodos constriñe.
“Desde este punto de vista humanitario, la concepción anarquista de la ciencia que ofrece Feyerabend se ve respaldada porque, dentro de la ciencia, incrementa la libertad de los individuos al fomentar la supresión de todos los imperativos metodológicos, mientras que en un contexto más amplio fomenta la libertad para que los individuos elijan entre la ciencia y otras formas de conocimiento” (Chalmers, op.cit. :199).
Feyerabend opina que la ciencia fue buena como una ideología liberadora del dogma medieval, pero debe continuar siendo liberadora y no convertirse, a su vez, en dogma.
Por ello critica duramente que la ciencia sea enseñada en las escuelas y universidades como “la verdad”, como se hacía con el dogma religioso, pues ello inhibe la capacidad crítica y creadora de los jóvenes.
Dice : “...mientras que un americano puede escoger ahora la religión que más le guste, no se le permite todavía exigir que su hijo estudie magia en lugar de ciencia en la escuela. Hay una separación entre la Iglesia y el Estado, pero no la hay entre el Estado y la ciencia” (Feyerabend, citado por Chalmers op.cit.:199).
En una sociedad ideal, explica este autor, no se dará preferencia a la ciencia sobre otras formas de conocimiento, el Estado será ideológicamente neutral y sólo orquestará la lucha entre las diferentes ideologías, permitiendo que los individuos conserven la libertad de elección.
Bibliografía :
Chalmers, Alan F. (1998) ¿Qué es esa cosa llamada Ciencia? Una valoración de la naturaleza y el estatuto de la ciencia y sus métodos. Edit. Siglo XXI. 21va. Edición. México. 245 pp.
Feyerabend, Paul K. (1975) Contra el Método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento. Edit. Ariel. Barcelona, España. 207 pp.
Oriol Anguera, Antonio y Patricia Espinosa. (1994) Filosofía de la Ciencia. IPN-SEP. México. 277 pp.
Thuillier, Pierre (1990) De Arquímedes a Einstein. Las Caras Ocultas de la Invención Científica. Alianza editorial/Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México. 538 pp. |