8vo EVENTO DE MESAS REDONDAS

Por: Alejandra Espinosa Martínez

  Con el título “Por qué pagamos impuestos” se llevó a cabo el Octavo Evento de Mesas Redondas, que se distinguió por la nutrida participación de la comunidad universitaria, pues en respuesta a la convocatoria se recibieron treinta y dos ponencias de estudiantes de Contaduría, Derecho y Negocios Internacionales, entre las que se eligieron doce para su presentación.

El programa que se desarrolló el martes 15 de febrero, reunió a docentes y estudiantes de la universidad para escuchar con atención las diversas opiniones que expresaron los ponentes, quienes hicieron su presentación bajo la conducción del C.P. José Luis González Delgado integrante del Círculo de Calidad. Cabe mencionar que para ofrecer al auditorio información más veraz y completa, se contó con la presencia de la C.P. Evelia Hernández Fletes, Administradora Local del Sistema de Asistencia al Contribuyente del SAT.

El tema fue abordado desde diferentes perspectivas: histórica, conceptual, social, moral, jurídica y económica.

En torno a la historicidad, Gabriela Vargas, estudiante de Derecho, acotó: “Se dice que el origen de las contribuciones inicia cuando el hombre decide vivir en sociedad, pues al crearse las comunidades –que posteriormente conformarán un estado y más tarde necesitarán de ser conducidas por un gobierno- es menester satisfacer sus necesidades, por lo que se requiere de la implantación de los impuestos. En nuestro país la historia de las contribuciones es muy antigua. Los soberanos del pueblo Azteca, por ejemplo, exigían águilas y bolas de caucho y cierto número de mancebos a los cuales por motivos religiosos se les sacrificaba arrancándoles el corazón. Con esta cultura, podríamos decir, se marca la pauta para lo que en nuestros días se conoce como impuestos ordinarios y extraordinarios, pues los aztecas manejaban los impuestos normales y los famosos impuestos de guerra o para celebridades religiosas. Como dato histórico, puede citarse que básicamente sus tributos fueron desarrollados en especie, y posteriormente, encajados por el tributo en dinero o monedas, con la llegada de los conquistadores españoles. Superadas aquellas etapas de la historia, se asiste en la actualidad a un periodo de gran complejidad en el que el fenómeno tributario, se ha liberado de aquellos estigmas, constituyendo para el Estado moderno una realidad socialmente aceptada y, por ende, sometida en su totalidad al ordenamiento jurídico.”

Por cuanto a la definición del término, Concepción García Lara, del área de contaduría, expresó –retomando lo propuesto por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM- que “se concibe al impuesto como la obligación coactiva y sin contraprestación de efectuar una transmisión de valores económicos (que casi siempre es dinero) a favor del Estado y de las entidades autorizadas jurídicamente para recibirlos, con fundamento en una ley, siendo fijadas las condiciones de la prestación en forma autoritaria y unilateral por el sujeto activo de la obligación tributaria.”

Hasta aquí, podemos destacar dos elementos: la historicidad de los impuestos justificada por el contexto social y el marco legal a que están sujetas las contribuciones.

Desde el fundamento legal, en el caso de México, los ponentes citaron el artículo 31 fracción IV de nuestra Constitución Política y el artículo 73 fracción VI de la misma en los que se establece: “Son obligaciones de los mexicanos: contribuir para los gastos públicos, así de la federación como del Distrito Federal o del estado y municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes”. “El congreso tiene la facultad para imponer las contribuciones necesarias a cubrir el presupuesto”. De igual forma, refirieron los principios previstos por nuestra Carta Magna para las contribuciones. Sobre el particular la alumna Rosalba Hernández dijo: “Pagar impuestos es una obligación constitucional y tiene un fin específico, pero esta obligación de ninguna manera debe tornarse agresiva o injusta para el ciudadano. Para esto, nuestra Constitución Política ha previsto que las contribuciones deben observar algunos principios que permiten imponer límites al Estado para cobrarlos. Éstos son: Principio de legalidad: los impuestos se fijan y regulan a través de leyes; Principio de proporcionalidad: los impuestos deberán ser acordes con los ingresos o recursos de los ciudadanos; Principio de equidad: consiste en el trato igual a los iguales.”

Ahora bien, contrario a lo que pudiera pensarse, ningún ponente se manifestó en desacuerdo para el pago de impuestos, pues se mostraron conscientes de que éstos son indispensables para el sostenimiento del sector público, ya que constituyen la mayor fuente de ingresos para que la federación, los estados y los municipios puedan sufragar los gastos que se generan para la prestación de servicios a la sociedad (educación, salud, seguridad pública, vivienda, impartición de justicia...), así como cubrir los gastos que realiza el Estado para cumplir con su finalidad. Finalidad, que a decir del Dr. Guillermo Aguilar es la más humana: “No hay finalidad más humana que la del Estado.”

“...los impuestos –señaló Verónica Palomera, por su parte- constituyen la fuente más importante de ingresos de la federación, las entidades federativas y los municipios. Los ingresos son fundamentales para el funcionamiento del sector público; sin ellos, los programas sociales, la inversión en infraestructura y el mismo mantenimiento del sistema administrativo no podría llevarse a cabo. Los ingresos son el medio para que se realicen las actividades concretas de responsabilidad del Estado; por ende, una de las tareas principales del gobierno consiste precisamente en la recaudación de los ingresos públicos como cuestión imprescindible para la contribución del crecimiento y desarrollo económico y social”

Sin embargo, los ponentes coincidieron en que la población percibe el pago de impuestos como injusto, por la forma en que estos recursos son ejercidos –percepción que más tarde se vio confirmada por el público. Es decir, el pueblo no está conforme con el uso que las autoridades hacen de ellos, pues consideran que no se destinan a rubros prioritarios y que sólo sirven a los propósitos de unos cuantos.

Esta es la postura de Anayeli Navarro y de otros estudiantes al decir que: “Los políticos gastan a manos llenas en ellos mismos el dinero extraído al pueblo, costeándose viajes lujosos, recepciones ostentosas, (...) transfiriendo una importante proporción de impuestos en pensiones millonarias a personas con conexiones políticas, mientras que el pueblo tiene que trabajar duro para subsistir.” Concepción García agregó: “pagar impuestos es un deber, pero no siempre lo percibimos como algo que nos dará mayores beneficios a todos los mexicanos. La evasión de impuestos y la escasa vigilancia hacia las actividades informales del país (aquellas que no pagan impuestos) genera un círculo vicioso que termina en que sólo un porcentaje muy bajo de la población cumple con su obligación tributaria. Si un contribuyente siente que el sistema tributario es injusto, obviamente estará menos dispuesto a cumplir con sus obligaciones tributarias; más aún, desde su perspectiva, la evasión podría ser un acto de justicia más que un delito.”

Sobre esto Gabriela Vargas reflexiona: “¿Por qué pagamos impuestos? ¿Para qué? Son algunos de los cuestionamientos algunas veces reflejados en el mecanismo conocido como resistencia fiscal, es decir, la renuencia a transferir una parte de nuestro patrimonio al fisco federal, que es mayor cuanto más grande es el nivel de insatisfacción y duda de los gobernados en relación con la efectividad, utilidad y transparencia del gasto público, sin embargo, aún con todo eso, no queda ninguna duda de que tenemos que cumplir con el pago de éstos.”

Los expositores discutieron también sobre la importancia de crear conciencia de esta responsabilidad entre los ciudadanos, de inculcar la cultura cívica fiscal, pero además se resaltó la trascendencia de saber exigir a las autoridades un ejercicio más justo y ético de los recursos, de manera que se incentive el pago de las contribuciones:

“Con el pago de impuestos, los mexicanos contribuimos para la realización de los programas de gobierno. (...) Crear conciencia de esta responsabilidad entre los ciudadanos es un desafío. Pero también, los integrantes de la sociedad debemos exigir a los gobernantes y legisladores un sistema tributario transparente y confiable, que estimule la contribución.”

Es importante mencionar que entre un bloque y otro de ponencias, el público participó activamente con comentarios y cuestionamientos, mismos que fueron resueltos de manera clara y amplia tanto por los estudiantes como por la representante del SAT.

Al final del evento, la subdirección académica de nuestra institución reconoció a todos a los estudiantes que respondieron a la convocatoria y como gratificación a su intervención entregó diplomas de participación a todos los ponentes y agradeció al público asistente su atención.

Fuentes consultadas :

•  Ponencias 8º Mesa Redonda

•  Constitución Política de México

•  Diccionario Jurídico. UNAM

•  Jiménez Antonio (2002) Lecciones de Derecho tributario. Litograf Ediciones.


REVISTA

NO. 23