Por: Héctor pérez

DIAGNÓSTICO DE PUERTO VALLARTA

ANTECEDENTES


Puerto Vallarta como destino turístico internacional despegó en los años 70 del siglo pasado, cuando a finales del 69 había abierto sus puertas el hotel Camino Real. El hecho de pertenecer a una cadena hotelera con presencia física en las principales ciudades de los Estados Unidos, en Asia y Europa, ayudó a llevar la imagen del entonces pueblito típico mexicano ubicado entre el mar y la montaña a través de folletos, promoción y publicidad corporativa.

La ciudad contaba con apenas un millar de cuartos de calidad turística.
Luego, durante la siguiente década, se incorporaron al mercado otras hospederías que constituyeron una oferta hotelera atractiva para el mercado de alto poder adquisitivo de algunas regiones de los Estados Unidos, principalmente la costa oeste, el área de Nueva York y en verano el Estado de Texas.

En aquella época el mango de la sartén la tenían los hoteleros; las tarifas eran comisionables y aunque se otorgaban “allotments” con tarifas netas, (Con una reducción de entre el 15 y el 20 % de la tarifa “rack”) a los mayoristas, este segmento en la ocupación hotelera, no era determinante, pues la promoción y la publicidad se hacía de manera preponderante al consumidor.
La ocupación de mayoristas no alcanzaba el 15.0% del total.

A excepción del hotel Sheraton ninguna otra cadena tenía dominio en el mercado internacional como Camino Real/ Westin.
Las tarifas hoteleras eran al menos lo doble de lo que son ahora y la calidad en busca de la excelencia era el signo de la hotelería de Puerto Vallarta.

En esa época se formó profesionalmente la mayoría del personal que ahora ocupa puestos directivos y operativos en los hoteles del Puerto.

Simultáneamente se desarrolló una industria restaurantera de buen nivel que se alimentaba principalmente de los huéspedes de los hoteles tradicionales.

Nuestros vecinos al norte del río Ameca no hacían ruido pues Nuevo Vallarta permaneció sin desarrollarse por muchos años después de su apertura en los años 70.

Por 20 años Puerto Vallarta, tuvo altas y bajas como cualquier destino turístico internacional, pero la suma fue positiva. Vallarta progresó.

Para 1990 Puerto Vallarta tenía 9,000 cuartos hoteleros como oferta hotelera.

ACTUALIDAD


La hotelería tradicional en Puerto Vallarta desaparece paulatinamente para dar paso a un híbrido entre hotelería y negocio de bienes raíces: el Tiempo Compartido.

De las 17,000 habitaciones hoteleras de nivel turístico, aproximadamente la mitad son de Tiempo Compartido.

La cifra anterior comprende principalmente las categorías de cuatro, cinco y plus estrellas. Precisamente el mercado de la hotelería tradicional.

Primero fueron los condominios en propiedad completa, luego apareció el Tiempo Compartido, negocio tan productivo que provocó la ambición de muchos inversionistas.

Así aparecieron en la escena Vallartense los primeros proyectos de esa modalidad: Costa Vida, Villa del Palmar y Fidafel, proyectos que se realizaron con ese propósito. Después, varios hoteles se fueron adecuando a la moda y le siguieron muchos más.


Durante los últimos dos años el porcentaje de ocupación de los hoteles tradicionales de Puerto Vallarta ha bajado 10 puntos porcentuales, mismos que ha subido la ocupación de los proyectos de tiempo compartido. De seguir esta tendencia en pocos años Puerto Vallarta puede convertirse en un destino turístico de Tiempos Compartidos.

Un nuevo concepto apareció no hace pocos años: el Todo Incluido, concepto éste que busca mantener dentro del hotel a sus huéspedes, ya que la tarifa incluye los alimentos, las bebidas y diversión. Ofrecen además todo tipo de artículos propios para el vacacionista, de tal manera que no tenga que salir del hotel.

Aproximadamente el 90.0% de los hoteles en el área de Bahía de Banderas ofrece el concepto de Todo Incluido y comprende desde las hospederías más modestas hasta grandes hoteles de lujo.

Como resultado de lo anterior la calidad y el perfil del turismo que recibe el destino es, en un gran porcentaje, de menor poder adquisitivo y lo que es peor, su escaso gasto en comparación con el que hace el huésped de la hotelería tradicional, no se derrama en los negocios de la ciudad. Se concentra más en los hoteles anfitriones.

En cuanto al Tiempo Compartido, su comercialización daña la imagen de la ciudad al ser abordados los turistas en calles y principales avenidas, esgrimiendo los promotores insistencia y agresividad. Características que propician los Desarrolladores al no pagar emolumentos sino comisiones.

Existe evidencia, a través de la principal queja, de que muchos turistas se alejan del centro de la ciudad y del destino mismo para no soportar las arengas callejeras de los ‘opicis’.

Tanto los hoteles de Tiempo Compartido como los que ofrecen Todo Incluido tienden a convertirse en enclaves cerrados, ofreciendo a sus huéspedes casi todo lo que necesita en unas vacaciones.
Como resultado, el huésped no sale del hotel. O en el mejor de los casos sale menos. El huésped de Tiempo Compartido es el mejor cliente de los modernos supermercados pues en muchos casos su unidad está equipada con cocineta.

Mientras tanto las ventas de los negocios que sirven y viven del turista, a los que se les ha venido disminuyendo del tráfico normal que provocan los hoteles tradicionales, se han visto reducidas a medida que la modalidad crece.

Pero también se afecta a los taxistas, a las tiendas de ropa, de regalos, de artesanías, al comercio y a la economía toda de la ciudad.

Los comercios para turistas desaparecen poco a poco de la escena en el Centro Histórico para dejar paso a tiendas y comercios dirigidos a la población local: zapatería, tiendas populares, bodegas comerciales,… o a locales vacíos, afectando de paso la plusvalía del bien raíz en esa zona de la ciudad.

El destino puede mantener una ocupación históricamente aceptable, sólo que al ir cambiando el perfil de ése turismo por un patrón diferente de consumo, la comunidad como tal, se beneficia menos de la distribución del ingreso ya que éste tiende a concentrarse en los grandes negocios.

Una nueva amenaza para Puerto Vallarta, como destino turístico se ha venido desarrollando en los últimos meses: el negocio inmobiliario, que si bien atrae importantes inversiones, éstas son hechas por gente de fuera que vine, vende y se va. Los desarrollos inmobiliarios no requieren de mano de obra ni producen ingresos a la comunidad, son, en todo caso, segundas residencias para gente acomodada.

EL NEGOCIO DE LOS CRUCEROS


El negocio de los cruceros turísticos también descubrió a Puerto Vallarta.


Tal vez lo que más impresione a quienes no profundicen en la naturaleza del mismo son los números que se manejan en cuanto a pasajeros que arriban a puerto. Sin embargo estudiando el fenómeno a profundidad y a la luz de otros negocios de la actividad turística, los cruceros deben verse con cautela.


De alguna manera son gigantescos hoteles flotantes que ofrecen tarifas bajas al mismo mercado de la hotelería. Los cruceros no pagan impuestos en nuestro país ni compran insumos. Nos dejan desechos y sólo pagan por los servicios del puerto, pero no aportan a las arcas municipales y la derrama económica de los pasajeros es mínima en comparación con lo que gasta un huésped en un hotel tradicional. Por otra parte esa derrama se concentra principalmente en la actividad de transportación y algún sector comercial.

Durante el 2004 el ingreso al país por éste segmento no llegó ni siquiera al 3.0% del ingreso total por turismo.

Por otra parte se subsidia, de hecho a poderosas empresas privadas extranjeras, al construir, con recursos públicos, instalaciones para sus operaciones.

Existen estudios serios que demuestran que un crecimiento sin control de esta actividad turística acaba afectando negativamente al destino turístico.

PROBLEMAS Y OPORTUNIDADES
LA AVIACIÓN


Es bien sabido que las líneas aéreas junto con la Hotelería son los dos pilares del turismo. El Puerto Vallarta turístico se construyó con la enorme participación de las líneas mexicanas, especialmente Mexicana de Aviación.

Para los residentes, los números de vuelo de Mexicana eran parte del lenguaje cotidiano “Llego en el 924, se decía” El transporte aéreo de itinerario era frecuente y a precios accesibles.

Desdichadamente los cielos de México se abrieron a las líneas de fletamento y éstas contribuyeron de manera importante para crear la situación actual. Una ecuación parecida a la del Tiempo Compartido y la hotelería tradicional.

Las líneas de fletamento tienen como propósito reducir el precio del vuelo, por ende reducen la calidad del turismo. El turismo de calidad, de alto poder adquisitivo prefiere la comodidad que brindan las líneas de itinerario

Y todos sabemos; el turismo es un fenómeno altamente discriminatorio. En la misma medida en que turismo popular arriba a un destino el turismo de calidad encuentra otro lugar a donde emigrar.

Como resultado Puerto Vallarta es un destino turístico mal comunicado por las principales líneas aéreas nacionales y viajar desde los principales mercados nacionales, naturales: Monterrey y Guadalajara es difícil y dispendioso.

Se castiga así a nuestra ciudad, y se le impide el acceso aéreo con la frecuencia y el costo que lo fomentara.

LA PROMOCIÓN


En los inicios de la hotelería en Puerto Vallarta la promoción las hacía directamente los hoteles, algunos, bajo el paraguas de sus compañías, muchos, en coordinación con las líneas aéreas.
A medida que la industria hotelera, pilar del turismo, se desarrollaba, surgió la necesidad de apoyo gubernamental para lograr mayor competitividad en los mercados nacionales e internacionales.

Para el mercado nacional fue famosa la promoción de Mexicana de Aviación:
VTP o viaje todo incluido: que generalmente incluía el boleto de avión, el hospedaje y una o dos comidas en el hotel.

Para los mercados internacionales la cooperación con las líneas aéreas extranjeras y con algunos mayoristas creaba la fuerza que requería el destino.

La promoción paraguas la hacía el Consejo Nacional de Turismo para promover todo el país. El CNT tenía oficinas de promoción en las principales ciudades de los Estados Unidos y Europa.

Al desaparecer el CNT se crearon los fondos mixtos manejados por los hoteleros en cada destino. Las aportaciones al fondo eran tripartitas: Federal, Estatal y Local.

En años recientes, en el ámbito federal se creó el Consejo de Promoción Turística, como organismo encargado de la promoción y publicidad institucional del país y dependencia de apoyo y coordinación a los esfuerzos estatales, regionales y municipales.

En fechas más recientes se promovió la creación de un impuesto a los huéspedes para financiar la promoción turística. Para manejar los fondos y ejecutar los planes de promoción se creó la figura del fideicomiso. Así nació el Fideicomiso de Puerto Vallarta.

La idea de crear una oficina de convenciones u OCV también cobró vida y al igual que muchas ciudades que reciben visitantes se promovieron en papel a la OCV de Puerto Vallarta.

Desgraciadamente tanto el Fideicomiso de Turismo como la Oficina de Convenciones no han cumplido cabalmente con su misión y el destino ha sufrido la falta de publicidad y de presencia en muchos foros nacionales e internacionales.

En los últimos años Puerto Vallarta no ha tenido una promoción suficiente y adecuada para atraer la clase de turismo que más le conviene, en consecuencia han ganado terreno los operadores de nuevos conceptos. Un desarrollador de Tiempo Compartido, por ejemplo no requiere de costosas campañas de publicidad pues sus clientes son repetitivos.

Los nuevos prospectos los obtiene de los huéspedes de los hoteles tradicionales y así cada vez ganan más clientes los negocios de Tiempo Compartido a costa de los hoteles tradicionales.

NUEVOS SEGMENTOS DE MERCADO
CONGRESOS Y CONVENCIONES


Puerto Vallarta tiene todo para atraer turismo de alto poder adquisitivo. Sin embargo existe un segmento de mercado al cual no ha tenido acceso por falta de instalaciones: el mercado de congresos y convenciones.

La idea de construir un Centro de Convenciones y usos múltiples se ha manejado por años. Los intereses de grupo han impedido su concreción como proyecto viable. Las posibilidades existen: terrenos, capital, capacidad de hospedaje, capacidad de transportación…

Si fuésemos a aceptar que el corazón de Puerto Vallarta como destino turístico es su Centro Histórico, tendría que tomarse la decisión de hacer todo lo necesario para revitalizarlo y apuntalarlo con inversiones y actividades que le favorezcan.

La ubicación del Centro de Convenciones en los terrenos frente a la actual unidad deportiva, podría junto con ésta mejorada y adecuada, conformar un núcleo importante Deportivo-Convenciones, con una potencial derrama de asistentes a eventos en ambos centros, quienes caminando podrían acceder a tiendas, galerías, restaurantes, y todo tipo de servicios. Nuevos negocios abrirían en el centro y la actual mutación de zona turística a zona de comercio para la población, tendría que cambiar en beneficios de todos, bajo la premisa de que lo que beneficia al Centro beneficiará a Puerto Vallarta.

En casi todas las ciudades del mundo que cuentan con un Centro de Convenciones, éste se ubica en terrenos de alta plusvalía y las ciudades ribereñas, siempre frente al mar.

Por otra parte un segmento del negocio de grupos, los INCENTIVOS, que es el que mejor paga, es manejado por Casas especializadas ya que, como sabemos este negocio se vende con mucho tiempo de anticipación.

Estas Casas de Incentivos han desarrollado sus propios métodos para calificar los destinos turísticos del mundo. En la actualidad es poco probable que nuestra ciudad pudiera calificar como destino recomendable.

La cuestión de la SUSTENTABILIDAD es otro aspecto que se ha quedado retrazado en nuestro país y en nuestra ciudad. Ya hay algunos grandes operadores que están vetando destinos por no reunir los requisitos para una calificación “Verde”

LOS NUEVOS DESARROLLOS


El despertar de Nuevo Vallarta y otros desarrollos en el Estado de Nayarit obliga a la conurbación de toda la bahía de Banderas, sin embargo esto no se ha hecho de manera satisfactoria, resultado en parte de políticas económicas diferentes a ambos lados del río Ameca y poca voluntad política de sus gobernantes.

Puerto Vallarta ve con desconfianza hacía el norte, la mayor parte de los proyectos de Tiempo Compartido y Todo Incluido se encuentran en Nuevo Vallarta. La región disfruta de una buena ocupación sin, al parecer, importarles mucho la tarifa, y por ende la clase de turismo que atraen. El turismo de bajo poder adquisitivo no es precisamente el que Puerto Vallarta necesita. Por otra parte preocupa a las autoridades estatales de Jalisco la falta de compromiso de los Nayaritas en cuestiones de sustentabilidad.

Se presume que la Bahía se comienza a contaminar al norte del río Ameca y eso afectará a todo el destino que a los ojos del mercado internacional identifica un solo aeropuerto y un solo nombre.

Actualmente existen en Nuevo Vallarta 5,500 cuartos hoteleros de los cuales el 80.0% son de Tiempo Compartido. La mayoría opera con el concepto de Todo incluido.

La conurbación de la bahía es inevitable y tarde o temprano se realizará, habrá que desatorar los puntos de conflicto como el transporte público por ejemplo.

INFRAESTRUCTURA URBANA
PUERTO VALLARTA, EL ICONO


El desarrollo de la ciudad ha sobre pasado ya la capacidad de servicios públicos. Hacen falta estacionamientos, ordenamiento en el transporte público.
Capacidad para aplicar leyes y reglamentos y la anarquía se nota más en el Centro Histórico de la ciudad.

La imagen pueblerina, típica y romántica del pueblito, que por años ha “vendido” al destino turístico, va desapareciendo paulatinamente a medida que las viejas casonas se derrumban para dar paso a edificaciones modernas que en muchos casos no reflejan la idiosincrasia de Puerto Vallarta.

La idea de peatonizar el Centro Histórico, total o parcialmente es una necesidad imperiosa. En todo el mundo se privilegia al peatón. En todas las ciudades turísticas el visitante camina y encuentra en ello parte del placer de vacacionar. Un circuito interno de transporte público gratuito podría permitir el mantener el transporte vehicular fuera de la zona, en beneficio del turismo.

Desde luego esto implicaría reubicar dependencias oficiales y escuelas públicas, además de cobrar por el estacionamiento en aquellos lugares donde se permita para desalentar el uso del automóvil.

INFRAESTRUCTURA TURÍSTICA:


El Centro Histórico de Puerto Vallarta puede ser el único de entre las ciudades mexicanas con vocación turística que carece de señalamiento en sus calles y de módulos de información a los visitantes.

Es posiblemente la única ciudad turística donde la Oficina de Turismo trabaja horas de oficina y cierra sábados y domingos.

 

La necesidad del turista en cuanto a información ha quedado en manos de los omnipresentes vendedores de Tiempo Compartido ubicados a todo lo largo de calles y avenidas. Naturalmente la información proporcionada es parcial y en el mejor de los casos no profesional.

El tráfico peatonal en la zona es peligroso por la falta de semáforos o policía que ayude en los cruces de calles, es por lo tanto angustiante para los turistas que visitan la zona.

La falta de baños públicos deja al turismo sin la manera de satisfacer una necesidad natural y le obliga a mendigar espacio en restaurantes y bares.

La falta de información pública sobre las tarifas de taxis, las rutas de autobuses urbanos y paraderos oficiales causa al turismo una sensación de confusión e indefensión.

LA VISIÓN PARA EL FUTURO DE PUERTO VALLARTA

ESCENARIO UNO:


a) Si no se aplican leyes y reglamentos para reordenar la ciudad, y se construye la necesaria infraestructura urbana. La ciudad seguirá degradándose.

b) Si no se eliminan las amenazas al turismo mencionadas, unas a través de regulación y otras corrigiendo las fallas de organización y operación, Puerto Vallarta como destino turístico seguirá declinando hasta convertirse en un lugar poco deseable para el turismo de calidad.

c) Sí NO se promueve y logra la conurbación con los desarrollos al norte de la ciudad se estaría fomentando una competencia innecesaria a las propias puertas.

d) Si los Hoteleros prefieren seguir dependiendo de los grandes operadores extranjeros de turismo, la sartén la tendrán por el mango ellos, los operadores y no los hoteleros, sufriendo así las tarifas y la calidad de turismo que atraemos.

ESCENARIO DOS:


a) Sí las nuevas autoridades aplican las leyes y reglamentos existentes y se crean nuevos, que fomenten la convivencia y la calidad de vida en la comunidad, Puerto Vallarta podría encontrarse en el umbral de su merecido despegue a un destino de calidad. Logrando así mayor competitividad en el concurso internacional.


b) Si la iniciativa privada en conjunto con las autoridades efectúa las modificaciones necesarias para que el fideicomiso de turismo funcione y opere con credibilidad podremos aspirar a tener la presencia necesaria en los mercados naturales del destino.


c) Si la iniciativa privada promueve con éxito la creación de una verdadera oficina de convenciones, financiada en parte por el Fondo de promoción turística federal, la ciudad tendría un recurso adicional para lograr sus metas en materia turística.


d) Si el gobierno emite leyes y reglamentos que acoten y ordenen la comercialización del Tiempo Compartido y el concepto de Todo Incluido, se le abriría cause al turismo de mayor poder adquisitivo y a una derrama económica del turismo, más equitativa.


e) Si la Iniciativa privada logra convencer a las Autoridades sobre los beneficios del proyecto para el Centro de Convenciones y usos múltlipes, y éste se ubica en el mejor lugar frente al mar y cerca del pueblo, Puerto Vallarta puede aspirar a atraer un segmento de turismo de alto poder adquisitivo que ahora no tiene.


f) Si en Puerto Vallarta surge el liderazgo indispensable que unifique las fuerzas dispersas ahora, Puerto Vallarta tendrá una nueva oportunidad.


g) Si los Gobiernos Estatal y Municipal convencen a las dependencias Federales de la importancia de apoyar un Destino Turístico como Puerto Vallarta con políticas adecuadas en el transporte aéreo, con las líneas nacionales, tendremos la oportunidad que merecemos en el concurso nacional.



Puerto Vallarta está llegando al punto de saturación y su crecimiento turístico se detendrá por cuestiones geográficas. Los líderes de la comunidad deberían voltear al mar en busca de alternativas de desarrollo económico. Por ejemplo, podría buscar convertirse en un centro comercial, como lo ha sido Guadalajara por siglos, mediante la promoción de un corredor tierra-mar Guadalajara, Mascota, Puerto Vallarta, Los Cabos, Baja California.G