LA VÍCTIMA BIMESTRAL.

ENTREVISTA CON EL ENTREVISTADOR

Por: Isdel Tacuba Pillado

Cómo olvidarlo, si no hace mucho tiempo que decidí renunciar a esta vida del “entrevistador perdido”; quizá fue una decisión estéril. Todo parece indicar que estoy de regreso sólo que esta vez con más fantasmas y menos dinero.

Esta entrevista que hoy presento es la más difícil que me ha tocado realizar ya que el proceso fue demasiado lento; por los pretextos típicos del entrevistado. No fue nada fácil convencerlo de que accediera a esta charla; lo perseguí por todos lados, primero me dijo que no le gustaban las entrevistas; después dijo que no tenía tiempo porque su mujer lo esperaba para cenar, segundos después yo argumenté que él…. No tenía ni esposa ni tampoco alguien que lo esperara para cenar, qué irónico, ¿no?

A diferencia de otras charlas, ésta es una oportunidad que quise darme para presentar algo que en otras circunstancias jamás se hubiera dado, en el entendido de que no habría quién soportara lo suficiente como para dedicarme una hora y media y escuchar mis pensamientos difusos, confusos y profusos; a reírse hipócritamente de mis chistes copiados a Teo González y contados con tan poco esmero; de modo que, esta ocasión la “Entrevista con el Entrevistador” es lo que se denomina una… AUTO-ENTREVISTA, que si bien es cierto, no me importa para nada lo que pueda decir Freud al respecto. Habrá quién dirá: “esas son “#!&%$”, y tal vez tenga razón; sin embargo, lo más difícil está en no saber las respuestas ni las preguntas adecuadas, además de ese temor que te invade por desconocer qué es lo mejor: decir lo que tú quieres o lo que la gente quiere que tú digas…

Primero, gracias por atreverte te a contestar lo que nadie te había preguntado. ¿Crees que tu trabajo dentro de la revista vale la pena?
Yo considero que mi trabajo, como el de todas las personas, sólo es valioso algunas veces y para ciertas gentes (la palabra “gentes” no existe para la RAE, pero fue utilizada como sinónimo de “personas”). Creo que en ese sentido habrá quien coincida conmigo; por ejemplo,  para mí el trabajo que realiza la ONU en Líbano e Israel es muy pobre y casi inexistente pero estoy seguro de que para Bush es admirable. El valor de tu trabajo radica principalmente en los beneficiados, son ellos quienes dan el mérito, así logro concluirlo.

Te noto un poco nervioso, quizá sería mejor suspender la entrevista.
No, no te preocupes, podemos continuar.

¿Hay algo de lo que no quieres hablar? Para poder hacer esto menos complicado.
Sí, no me gusta hablar de algo que desconozco, nada de preguntas de Reggaetón y esas cosas por favor.

¿Por qué decidiste hacer esta entrevista y de esta forma? Yo supongo que sería mucho más fácil y práctico entrevistar a Scheel o volver a entrevistar a Cesáreo, ¿no?
Sí, pero no quería, aunque me muero de la curiosidad por saber qué hubiera contestado Cesáreo si le vuelvo a preguntar lo mismo,¡ja, ja, ja! Ya, hablando más en serio, creo que darle un espacio en la agenda a alguien que se dedica a agendar entrevistas pues no es tan malo, parece ser más justo que ilógico. Aunque debo reconocer que esto me costará más tiempo que el Maratón de “Esposas Desesperadas”, también estoy convencido de que es una mala forma para hacer las cosas bien.

Y ¿Cómo llegaste a la revista?
Era algo así como un Martes cuando me dijeron que pasara con la Subdirectora Ana Cecilia, me acuerdo porque dije… y ahora ¿qué quebré?, pero era para otra cosa. Me ofrecieron la oportunidad y no me pude resistir, estaba convencido de que iba a aprender mucho y a perder poco. No es tan difícil hacer las cosas cuando te gusta hacerlas, al contrario, corres el riesgo de que se convierta en vicio.

Recuerdo que alguna vez me dijeron algo acerca de tu estancia en la Universidad, ¿Es cierto que pensabas desertar?, es decir, dejar la carrera para dedicarte únicamente a trabajar, ¿Qué te motivaba?
¿Quién te dijo eso?, me sorprendes. La verdad es que mi llegada a la Universidad fue un tanto accidental, no estaba muy motivado para seguir estudiando y para mi buena suerte encontré este centro de estudios que ofrecía una carrera muy llamativa: Ciencias de la Comunicación, la oferta era muy tentadora y acepté con la intención de hacer la prueba, no esperaba durar más de 15 días; sin embargo, llevo casi 2 años y de lo único que me arrepiento hasta hoy, es de haber abierto un crédito en Elektra (Risas de verdad), en serio, no tiene nada qué ver con la escuela pero lo hice dentro del tiempo que tengo aquí.
Respondiendo la pregunta desde el comienzo, abandoné una semana la escuela para ir a trabajar en un restaurante muy conocido,  duré una semana y me regresé.

¿Porqué tomar esa decisión? Más de un año de estudios universitarios que de pronto iban a desaparecer…
Es algo muy común en los estudiantes, te precipitas. Lo bueno es que pude rectificar y presenté mi renuncia a la semana de haber entrado a trabajar, por eso regresé al salón con mis pocos compañeros. Es importante darse cuenta de que el clima universitario es muy especial, brincarte un escalón de la escalera es como quitarle la insignia a un Mercedes Benz, ya no es lo mismo. Ahora estoy convencido de que todas las carencias que un estudiante puede tener, también son parte del aprendizaje; terminas compartiendo momentos con tus compañeros, risas, burlas… incluso corajes, también sería bueno compartir una sesión de pesca patrocinada por  Juanjo, ja ja ja. (Juanjo es profesor de Estadística en CEUArkos).

Como te darás cuenta tú no eres un maestro y por obvias razones no voy a pedir que me hables de tus alumnos, pero ¿Puedes comentarnos un poco sobre tus maestros en la Universidad? Hay muchas personas que pueden compartir esas opiniones contigo.
Realmente no hay mucho de que hablar, todo esto se puede resumir en la palabra de “Amistad”, soy afortunado porque he logrado ser amigo de la mayoría de mis maestros; de hecho hasta he vivido algunos días en la casa de Scheel, alias el “Filósofo”, quien me tendió la mano cuando necesitaba de asilo (risa fingida); grandes amigos como Juan José que lo conocí en el C.B.T.i.s 68 y así podemos extender la lista citando a Paz, Nacif y a muchos otros que no puedo decir por problemas de tiempo. La primer impresión que te llevas de ellos es muy fuerte porque tienes que romper con el estigma del “maestro” que te inculcan desde el Kinder, no sabes si hablarles de usted o de tú, de cualquier manera todos son muy “buena onda” excepto… cambiemos de pregunta (Risas).

Dejando un poco de lado el ámbito universitario. ¿Qué encontramos sobre ti antes de llegar aquí? Te hago esta pregunta porque de repente puede ser difícil adaptarte a un estilo de vida y luego cambiarlo por completo, entiendo que tú no eres de aquí sino más bien de un pueblo muy cercano.
Yo soy originario de la tierra del raicilla, El Tuito, Jalisco. Por culpa del destino (si es que existe), me tocó llegar a ese pueblo donde hice algunos amigos que en ocasiones todavía me reclaman por no ir tan seguido. Nos acostumbramos a tener fiesta todos los fines de semana, no éramos muchos pero sí suficientes. Por ahí recuerdo al ‘Chóforo’; al ‘Güinchi’ que era el de los chistes; ‘el Giovanni’ y había uno que nunca supe su nombre pero le decimos ‘Marciano’, ¡ah! y saludos al ‘Cursis’ que nunca aprendió a decir que no a la parranda, muy amigos todos. 
Lo que pasó después fue que me vine a Vallarta para estudiar en el C.B.T.i.s 68 y lo demás parece que es historia.

¿Qué fue lo que encontraste en tu estancia en Puerto Vallarta? Lo que nunca esperaste que fueras a encontrar.
Pues a mis compas del Tuito, me vine para que no me estuvieran moliendo y ahora resulta que todos están aquí, y los que no están ya vienen en camino (risas), lo que más preocupa es que van a llegar muy pronto (prolongación de la risa).

Para saber un poco sobre los trabajos que actualmente desarrollan tus compañeros y tú en la Universidad Arkos es necesario citar aquí el Taller de Diálogo. ¿De dónde viene esa idea, ese concepto?
El Taller de Diálogo es el resultado de 6 cigarros, 2 cervezas y 30 minutos de discusión con mi ‘compa’ Víctor Arturo, estudiante de la universidad también, es algo que se le ocurrió de repente y se hizo con la finalidad de promover la libre expresión sobre un tema determinado, pretende ser un ejercicio transdisciplinario en el cual todos los comentarios son válidos y no hay ni buenos ni malos; ni los que están correctos y los que están erróneos; es una forma de incentivar el conocimiento del mundo de las percepciones; quienes han estado alguna vez en ellos se habrán dado cuenta de que no es tan aburrido como se escucha, más bien es un ejercicio donde hasta ahora, el resultado ha sido muy satisfactorio, eso debe a la intervención de los estudiantes y de algunos profesores que participan activamente en el Taller.

Sobre los proyectos de radio, ¿qué viene en camino?
Hace ya años atrás  la Dirección venía impulsando un proyecto en el cual se pudiera trabajar la radio vía Internet, hoy es algo que está por concretarse porque el equipo ya está disponible en el sitio adecuado y hay mucho entusiasmo por parte de mis compañeros y de algunos estudiantes. Existen proyectos que pueden ser viables y están en un periodo de desarrollo esperando ser concluidos para ver la luz. Por mi parte, un compañero y yo estamos realizando uno con un toque sarcástico-humorístico que esperamos tenga resultado.

¿Cómo se llama el programa?
Se llama “Sosa Cuántica” y en realidad es una mezcla de tantas cosas que no sería bueno enunciarlas en orden alfabético. El nombre parte de dos cosas: primero de Sosa, que es una sustancia corrosiva la mayoría de las veces asociada al Hidróxido de Sodio para fines comerciales, por otro lado, la palabra Cuántica viene precisamente de la Física Cuántica, que se basa en las especulaciones; esto da origen a nuestro slogan que es: “Sosa Cuántica… especulaciones corrosivas”. Es algo generalizado de lo que contempla el proyecto del programa de radio.

Ya para finalizar está entrevista vamos a suponer que tienes la facultad para hacer dos cosas que difícilmente alguien podría volver a hacer. ¿Qué harías?
Yo creo que lo primero que haría es volver a entrevistarme (Risa forzada y con hipocresía), y lo segundo que es algo más irónico y original, me gustaría hacer algo que nadie hace, algo como… recordar el futuro… (Aplican restricciones)

Maestra, me gustaría que acompañara esta entrevista con un comentario suyo hacia mí, para que se vea más objetiva.
…La maestra de matemáticas, a quien cito por aquello de la objetividad, me había advertido ya que en el grupito de comunicación había chamacos brillantes. Luego, en una charla informal que tuve con el grupo, me percaté de la agudeza y el humor negro del ahora ‘entrevistador’ que fue confirmándose con las pláticas entre profes y con su participación en las mesas redondas. Cuando me enteré que Isdel estaba por ‘tirarlo todo por la borda’, abandonando la escuela para ganarse la vida con el sudor de su frente, pensé que era un desperdicio y que debía hacer algo al respecto. No se me ocurrió otra cosa más original que sermonearlo y luego decirle que como no estaba de acuerdo con


su decisión y como además necesitaba quien me echara una mano con la gaceta, lo invitaba a colaborar conmigo. Aceptó y ahora el pobre anda de la seca a la meca, arrastrando el lápiz, traduciendo, además de mis jeroglíficos, textos en varios idiomas y persiguiendo víctimas cada bimestre. Yo no sé si él esté mejor, pero yo me siento más tranquila, no sólo porque ‘ayudé a rescatarlo’ –el síndrome del maestro redentor- sino porque su apoyo me ha aminorado el trabajo y porque su estilo da un toque menos solemne a la revista. Gracias Isdel.G


El entrevistador durante una de las sesiones del taller de diálogo  en la Universidad Arkos.


Isdel Tacaba Pillado es estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación del Centro de Estudios Universitarios Arkos de Puerto Vallarta. Es miembro voluntario de la Unidad de Investigación y colabora en la organización de los talleres de diálogo al interior de la Universidad. Participa también como ponente en las mesas redondas generadas en la institución.