“Un ensayo es la forma única e inalterable  en la que el pensamiento decisivo toma lugar en la vida interior de un hombre”
(Robert MUSIL )

“Cada vida es un punto de vista sobre el universo. Lo que cada individuo -persona, nación- ve de la vida, rigurosamente hablando, ninguno otro lo puede ver. El tiempo es un órgano irremplazable para la conquista de la verdad. Es así que la verdad, en sí misma extraña a la variación histórica, adquiere una dimensión vital. Sin el desarrollo, el cambio continuo y la inagotable aventura que es la vida, el universo –en el que la verdad es multiforme- permanecerá incognoscible.”
(Ortega y Gasset)

En el presente artículo se indaga acerca de la forma ensayo haciendo hincapié en su característica principal: la elasticidad; característica que convierte a este género en el ideal para realizar tesis o trabajos de escritura desde una perspectiva transdisciplinaria

En principio tenemos que señalar que nos referimos al ensayo como forma literaria, con lo cual quedan descartadas las demás acepciones del término (aunque no sus posibles relaciones). En términos generales podemos decir que un ensayo es un escrito que resulta de un trabajo de investigación sobre algún tema dado o sobre determinada problemática. Debemos señalar que los teóricos del ensayo no nos brindan una definición específica de esta forma y ello se debe a las peculiaridades que presenta este género, la mayor dificultad de los teóricos radica en expresar una definición que no resulte reduccionista. Por lo tanto, en lugar de exponer una definición precisa de este género vamos a analizar las peculiaridades mencionadas.

Podríamos conceptuar las particularidades de este género bajo el término “elasticidad” dado que el ensayo es elástico tanto en su forma como en su contenido.

El primer elemento elástico que tenemos que considerar está relacionado con la libertad que aporta esta forma para abordar cualquier tema –elasticidad en cuanto a contenido–. Si en algo están de acuerdo los teóricos del ensayo es en que el tema no define la forma y los ensayos existentes nos muestran la diversidad de temas: es por eso que podemos encontrar ensayos sobre todos los temas que han sorprendido o preocupado a la humanidad en todos los tiempos. Esta visión se amplía de forma considerable si incluimos los ensayos periodísticos. Desde el ámbito académico, suelen mirarse los ensayos periodísticos como un trabajo menor ya que van dirigidos a un público masivo y poco exigente que suele preferir una lectura fácil –aceptando que exista la “lectura fácil” – o elementos amarillentos a un análisis crítico.
 
Sin embargo, es necesario desechar este argumento portador de un prejuicio perjudicial tanto para los lectores como para los escritores y considerar que ensayos brillantes han sido publicados en diarios y revistas; tal es el caso de grandes ensayistas latinoamericanos como Rubén Darío y José Martí. Además, actualmente se publican excelentes ensayos en revistas de temáticas específicas. Retomando, podemos sostener que el ensayo constituye una forma apropiada para los alumnos de todas las disciplinas del C.E.U.Arkos (Derecho, Administración, Ciencias de la Comunicación, Turismo, Comercio Exterior, Contaduría y Mercadotecnia)  que se imparten en este centro de estudios en relación con las problemáticas que abordan desde una perspectiva transdisciplinaria.

t4
Fotografía: Profesores y estudiantes durante el 2° del Taller Piloto sobre Transdisciplinariedad del C.E.U.Arkos

En segundo lugar, a través del ensayo se puede expresar un punto de vista personal y subjetivo ya que la intención del ensayo no es demostrar una verdad (a la manera de un estudio científico) ni convencer al lector sobre una determinada postura sino mostrar una determinada concepción del mundo que le brinde al lector herramientas para interpelar la realidad. En este sentido señala Montaigne: "Lo que yo opino es la medida de mi entendimiento, no la medida de las cosas". En otras palabras, el punto subjetivo del ensayo enriquece el carácter dialógico al favorecer la interpelación del mundo mediante la expresión de la perspectiva del sujeto.

En tercer lugar, el ensayo es una forma elástica que al permitir la libertad de organizar la información de acuerdo a la decisión del sujeto que enuncia, favorece la creatividad y, por ende, la renovación del género.

Es necesario aclarar que el ensayo no es un escrito “irresponsable” ni “delirante”. El hecho de no tener que trabajar basándose en un modelo estricto (como un tratado) no implica escribir cualquier cosa. De forma análoga, la posibilidad de escribir creativamente no impide el carácter dialógico del texto.

Revisando estos puntos básicos podemos concluir que la visión amplia que exige la transdisciplinariedad coincide con la amplitud que permite expresar la forma ensayo.

Otro punto que podemos considerar es el referente a la estética, dado el carácter literario del ensayo. Al revisar diferentes ensayos podemos observar que en ellos existe una gran diversidad de estilos de escritura. Pese a la gran importancia del estilo, fundamental para la mayoría de los teóricos del ensayo, debemos tener en cuenta los fines perseguidos en nuestro taller transdisciplinario y enfocarnos en que nuestros alumnos puedan desarrollar en sus escritos un estilo claro y natural, básicamente comprensible. Por lo tanto, el hecho de que nuestros alumnos cultiven una forma “bella” no constituiría un objetivo principal, pero, ya que apuntamos a un enriquecimiento total pensamos brindarles a los alumnos las herramientas necesarias del discurso y de la retórica para que encuentren la manera de construir un lugar desde el que puedan expresar su propia concepción del mundo a partir del empleo de un código amplio.

Con el fin de enriquecer lo esbozado en este escrito vamos a realizar una breve incursión sobre “Acerca de los caníbales” de Michel Eyquem Montaigne, quién además de ser un brillante escritor y filósofo es considerado creador del género ensayo.

En el texto citado Montaigne escribe refiriéndose a los indígenas del nuevo mundo:

…creo que nada hay de bárbaro ni de salvaje en esas naciones, según lo que se me ha referido; lo que ocurre es que cada cual llama barbarie a lo que es ajeno a sus costumbres. Como no tenemos otro punto de mira para distinguir la verdad y la razón que el ejemplo e idea de las opiniones y usos del país en que vivimos, a nuestro dictamen en él tienen su asiento la perfecta religión, el gobierno más cumplido, el más irreprochable uso de todas las cosas.

Desde su escritura, Montaigne invierte el discurso dominante, el cual considera a los indígenas como salvajes e incivilizados. Al señalar que es bárbaro lo que es distinto a las propias costumbres convierte el término “barbarie” en un concepto relativo. Luego, aplica el sentido de la palabra “barbarie” a la sociedad europea y construye una imagen opuesta, la de “el buen salvaje”:

Así son salvajes esos pueblos como los frutos a que aplicamos igual nombre por germinar y desarrollarse espontáneamente; en verdad creo yo que más bien debiéramos nombrar así a los que por medio de nuestro artificio hemos modificado y apartado del orden a que pertenecían; en los primeros se guardan vigorosas y vivas las propiedades y virtudes naturales, que son las verdaderas y útiles, las cuales hemos bastardeado en los segundos para acomodarlos al placer de nuestro gusto corrompido; y sin embargo, el sabor mismo y la delicadeza se avienen con nuestro paladar, que encuentra excelentes, en comparación con los nuestros, diversos frutos de aquellas regiones que se desarrollan sin cultivo.

Este breve extracto nos permite recuperar la esencia del ensayo: la expresión escrita de la preocupación y visión crítica sobre la problemática humanística del tiempo de Montaigne, el creador del género. G

Referencias Bibliográficas

  • Bouveresse, J. ( 2001 ). La voz del alma y los caminos del espíritu, seis estudios de Robert Musil. París: Threshold, 458 p.
  • Chabolla, Juan (1997) “El ensayo” en: Cómo elaborar trabajos académicos. Instituto Tecnológico de Celaya. México. pág. 8-22.
  • Montaigne (s/f) Acerca de los caníbales.
  • Ortega y Gasset, (s/f) J. El sujeto de nuestro tiempo. Québec: the Griffon of Clay.

 

 

t4
Fotografía: Miembros de la Unidad de Investigación Arkos, durante el 2° Seminario sobre Transdisciplinariedad para las asignaturas de Seminario de Tesis y Metodología de la Investigación.