Habilidades para la enseñanza
(Tercera Parte) Presentación por: Ana Cecilia Espinosa Martínez
Este escrito, representa la culminación de una serie de tres artículos que se abocan a responder una de las preguntas de mayor interés para quienes hacen suya la tarea de la docencia: ¿qué puedo hacer como maestro, para mejorar mi práctica docente; para conseguir mayores progresos en el proceso de enseñanza aprendizaje?
Los lectores encontraran variadas y diferentes respuestas a esta interrogante al consultar la también variada información producida por los pedagogos.
Nosotros por nuestra parte retomamos, para responder la pregunta que nos ocupa, las aportaciones del escritor Carlos Zarzar Charur y ofrecemos como respuesta algunas competencias y destrezas que el docente deberá desarrollar en el desempeño de su práctica y cuyo ejercicio asegura al docente mayores posibilidades de éxito a la hora de afrontar la riquísima y compleja diversidad que la realidad de las aulas representa.
Esas competencias y destrezas a que hemos hecho alusión se sintetizan en cinco habilidades básicas:
Definir los objetivos de aprendizaje
Diseñar el plan de trabajo de un curso y redactar el programa
Desarrollar el encuadre en las primeras sesiones
Diseñar e instrumentar actividades de aprendizaje y evaluación de los aprendizajes.
Integrar y coordinar equipos de trabajo y grupos de aprendizaje.
Cuatro de estas habilidades han sido el objeto de análisis de nuestros dos artículos anteriores, de modo que en este artículo, el último de esta serie, sólo nos resta por abordar la quinta habilidad. Comencemos .
Habilidad 5: Integrar y coordinar equipos de trabajo y grupos de aprendizaje
La integración y coordinación de equipos de trabajo y grupos de aprendizaje es una habilidad indispensable para el docente, ella requiere de muchos elementos teóricos y de experiencia práctica.
Lo que en adelante se presenta, pretende proporcionar al lector nociones básicas para desarrollar trabajo grupal en el proceso de enseñanza-aprendizaje, de modo que se mostrarán una serie de orientaciones generales y sugerencias prácticas para instrumentar efectivamente las actividades y las técnicas.
Orientación teórica general
Antes de adentrarnos a dar explicaciones y sugerencias prácticas para la implementación de las técnicas grupales, será necesario aclarar algunos conceptos importantes relacionados con la integración y coordinación de equipos de trabajo y de grupos de aprendizaje. Entre ellos encontramos:
Grupos de aprendizaje
Este término no debe ser entendido en un sentido administrativo, donde el grupo de clase es un conjunto de alumnos que por razones prácticas y de organización fue asignado a un mismo salón para tomar determinada(s) clase(s) con uno (o varios) maestro(s). En un sentido estricto éste no es considerado un grupo sino un conglomerado de personas.
Una tarea prioritaria del profesor que desea trabajar grupalmente con sus alumnos es convertir ese conglomerado de personas en un auténtico grupo de aprendizaje.
Ahora bien, para que un grupo de personas se convierta en un grupo real, deben darse una serie de condiciones como:
La existencia de un objetivo común que supere los intereses particulares y que sea asumido como objetivo por todos los participantes.
Esto debe intentar lograrse desde las primeras sesiones del encuadre y durante el curso entero.
La disposición de todos los participantes, o el deseo de trabajar cooperativamente, de integrar un grupo de trabajo. Esa voluntad inicial se transformará conforme se avance en el curso, en un sentimiento de pertenencia al grupo.
La existencia de redes de comunicación fluidas, libres en todos los sentidos y niveles. Situación indispensable para lograr:
La existencia o construcción de un esquema referencial grupal, es decir, un lenguaje y un código comunes que se construyen mediante el estudio común, de discusiones grupales, del análisis y elaboración de conceptos.
Que los participantes se conozcan, de modo que cada uno pueda hacer aportaciones para la tarea, en la medida de sus conocimientos, habilidades, capacidades y destrezas. Es decir, que los roles y funciones desarrollados por cada participante sean operativos y estén orientados a la tarea grupal.
Que el grupo se corresponsabilice de su proceso de aprendizaje. Ello implica un sentimiento de responsabilidad, de que los resultados obtenidos dependerán del esfuerzo del grupo para lograrlos, pero también exige que el grupo participe, de hecho y desde el principio del curso, en la toma de decisiones importantes para el desarrollo del mismo.
La construcción de estas condiciones básicas en su grupo, será una preocupación constante del maestro.
Equipos de trabajo .
En la didáctica de grupos existen dos tipos de equipos de trabajo.
Los que se organizan en clase para discutir o trabajar un tema durante lapsos de tiempo cortos (de 20 a 40 minutos).
Según la tarea que se realice, los equipos pueden formarse con cuatro o hasta siete participantes cada uno.
Es recomendable variar la forma de constituirlos, de modo que, a lo largo del curso, todos los participantes hayan trabajado, en algún momento, con todos sus compañeros, para propiciar la integración del grupo total y evitar la división en subgrupos que pueden llegar a ser antagónicos o demasiado competitivos.
Los que se organizan para todo el semestre o curso escolar, cuyo objetivo es realizar trabajos e mayor duración y profundidad. Estos equipos se reúnen fuera de las sesiones de clase para leer, estudiar, discutir, preparar exposiciones, desarrollar investigaciones o trabajos de campo, redactar ensayos o reportes... En este caso, la sugerencia es que no haya en cada equipo más de cuatro personas, siendo tres el número óptimo. La razón es muy práctica: entre tres pueden organizarse y autocontrolarse más fácilmente. A estos equipos se les denomina también grupos pequeños, subgrupos, corrillos o grupos de discusión .
Plenarios o sesiones plenarias .
Aquí nos referimos al trabajo grupal que se realiza con la totalidad del grupo. El grupo en pleno desarrolla una misma tarea.
En términos generales, los plenarios se desarrollan al estar el grupo sentado en forma de círculo, con el fin de que todos se puedan ver de frente.
No obstante, es importante comentar que no toda sesión general es un plenario, sino sólo aquellas en que se da un trabajo grupal, es decir, en que se propicia la comunicación abierta y la cooperación de todos los participantes.
Las funciones del profesor .
Durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, el profesor juega varios roles, desarrolla diferentes funciones con el fin de propiciar el aprendizaje en sus alumnos.
Es necesario que el profesor distinga claramente entre cada función, pues cada una de ellas tiene sus objetivos y se realiza de manera diferente.
Así, el maestro funge como:
Planificador : cuando prepara su curso, elabora su plan de trabajo y diseña su planeación didáctica.
Organizador : cuando plantea a los alumnos la metodología de trabajo, organiza equipos, distribuye tareas, programa actividades y presentaciones.
Expositor : cuando presenta un tema nuevo a sus alumnos y utiliza la técnica expositiva como instrumento para el aprendizaje.
Orientador : cuando responde las dudas o preguntas de sus alumnos, cuando los guía y asesora en la realización de tareas y trabajos y cuando los retroalimenta sobre las fallas y aciertos que tuvieron...
Coordinador : cuando dirige, orienta, controla y supervisa el trabajo que realizan los equipos pequeños o el grupo total.
Moderador : cuando realiza una sesión plenaria con el grupo: indica el tema, la tarea y la metodología, da la palabra a quienes la solicitan, anota en el pizarrón las ideas sobresalientes y, antes de terminar, comenta las conclusiones generales a que se llegó y clarifica los puntos pendientes por discutir.
La primeras cuatro funciones son comunes a todo profesor. Las dos últimas (coordinar y moderar) son propias de aquellos que han decidido trabajar de una manera grupal con sus alumnos, asumen una didáctica grupal para desarrollar el proceso enseñanza-aprendizaje.
Sugerencias prácticas para instrumentar de manera efectiva las técnicas.
En esta parte hablaremos de las técnicas de grupo, a las que clasificaremos en técnicas grupales centradas en la tarea y técnicas grupales centradas en el grupo.
Técnicas grupales centradas en la tarea
El alcance de estas técnicas es doble: propician y aceleran el logro de objetivos informativos de aprendizaje, y permiten lograr algunos de los objetivos de tipo formativos.
En general, las técnicas grupales tienen tres momentos en su instrumentación:
El trabajo individual : En última instancia, son los individuos los que aprenden, aunque en la didáctica grupal lo hacen a través del trabajo colegiado y del esfuerzo compartido. El trabajo grupal no sustituye al trabajo individual, lo acelera, enriquece y potencia. De aquí que aun en la didáctica grupal, el trabajo individual sea el cimiento en que se sustenta todo aprendizaje. Por eso, toda técnica grupal debe iniciarse con un trabajo individual.
El objetivo general de las tareas individuales es doble, por un lado, que el estudiante trabaje la información recibida en clase, que la elabore, la analice, la comprenda a fondo con todas sus implicaciones y aprenda a manejarla, a aplicarla en diferentes situaciones. Por otro lado, sirven para preparar el trabajo grupal que se desarrollará en la sesión de clase, ya que si no hay un trabajo individual previo, los equipos de discusión perderán tiempo y no alcanzarán su objetivo.
Para pedir a los alumnos el desarrollo de estas tareas fuera del aula, el maestro debe pensar en las condiciones básicas del aprendizaje significativo, para lo que puede seguir los siguientes criterios:
Deben estimular la motivación del alumno , para lo que deben estar relacionadas con aspectos significativos de su vida (pasada, presente o de sus ideales para el futuro) Mientras mejor conozca el maestro su grupo, más fácilmente podrá hacer estas relaciones. La motivación es condición primera para que se dé el aprendizaje significativo. El alumno que no quiere aprender, no aprende.
Deben ir más allá de la información presentada por el profesor. Para realizar la tarea, el alumno necesitará revisar lo dicho por el maestro, pero tendrá que ir más allá de la simple revisión, y profundizar de alguna manera la información. La segunda condición del aprendizaje significativo es la comprensión adecuada de los temas y conceptos. Uno no aprende si no entiende lo que ve en clase.
Deben propiciar la participación activa del estudiante . El alumno deberá buscar más información, leer, pensar, resolver, consultar, sintetizar... La participación activa del estudiante es la tercera condición para que se dé el aprendizaje significativo.
Deben tratar de integrar la teoría con la práctica , es decir, estar orientadas a la aplicación de aspectos teóricos a situaciones prácticas; a problemas reales. Aunque esto no siempre es posible, debe tenerse en mente como un ideal. La cuarta condición para el aprendizaje significativo es la aplicación . En la medida en que el estudiante puede aplicar lo visto en clase, lo va a asimilar como parte de su acervo personal.
Deben preparar el trabajo grupal que se realizará en la sesión de clase. Para ello, el maestro debe tener claro, desde antes de encargar las tareas, el tipo de trabajo grupal que realizará.
El trabajo en equipos : Los propósitos generales de las actividades que se realizan en equipos o grupos pequeños en clase son:
Continuar trabajando la información acerca del tema que se está viendo. Esta información la expuso antes el profesor; la ampliaron los alumnos en el trabajo individual fuera de clase, y se consolidará, afianzará y profundizará en este momento.
Propiciar cierto grado de homogeneidad en el avance del grupo, en relación con el aprendizaje.
A través del trabajo grupal, se colectivizan los conocimientos y se construye un esquema referencial grupal. Así, el riesgo de que una parte del grupo se quede rezagada en el programa disminuye.
Propiciar el logro de aquellos objetivos formativos que se refieren al desarrollo de habilidades para el trabajo cooperativo y para la comunicación y discusión de ideas propias.
Para ZarZar Charur, el trabajo en equipos es el momento más productivo del proceso grupal de aprendizaje, pues a diferencia del trabajo en plenario, todos los integrantes de los grupos tienen oportunidad de participar; compartir sus ideas; se sienten más en confianza, en privado, sin temor a hacer el ridículo. Si alguien se equivoca y se lo hacen notar, lo acepta más fácilmente. La discusión es más fluida y se facilita el profundizar en el tema. Igualmente se propicia que cada uno hable de sus experiencias personales, con lo que se logra una mayor integración entre la teoría y la práctica. Además, al ser pocos en el grupo, es más fácil que se organicen y coordinen en función de la tarea.
Para poner en práctica el trabajo en equipos, el profesor debe tener claro:
La tarea que pedirá a los equipos
El producto que deben presentar al término de su trabajo.
El tiempo que les asignará para realizarlo
El número de participantes de cada equipo
La manera como integrará los equipos
Mientras los equipos trabajan, el profesor debe supervisarlos y estar atento a lo que hacen, pero sin inmiscuirse demasiado para no interrumpirlos, sobre todo si ve que trabajan bien. A veces, algún equipo tiene dificultades y el maestro debe intervenir para aclararles la tarea, resolver sus dudas o presionarlos a que hagan lo que se les solicitó. Mediante la supervisión, el maestro se percata de quiénes trajeron el trabajo individual solicitado y quiénes no. Hay que recordar que todo esfuerzo se califica, por lo que es necesario llevar control de la respuesta de cada alumno y retroalimentarlos al momento de la evaluación.
El trabajo en plenario :
Existen diversos tipos de plenario, cada uno encaminado a lograr diferentes objetivos particulares. Pero los objetivos comunes a todos ellos son:
Profundizar y aprender más sobre el tema.
Construir un esquema referencial grupal, un lenguaje y un código comunes.
Entre los diferentes usos que se puede dar al plenario están:
Plenario de información , para que cada equipo informe al resto del grupo los resultados de su trabajo. Este plenario es indispensable cuando cada equipo puede llegar a conclusiones diferentes sobre el mismo tema.
Plenario de discusión , para discutir y analizar el mismo tema que se trabajó en los equipos o para comenzar a discutir un nuevo tema.
Plenario de complementación , para que el profesor aclare dudas, responda preguntas o complemente lo dicho por los equipos. Se trata de evitar errores en los conceptos y aclarar las dudas que surjan.
Plenario de exposición , para recibir información nueva sobre el tema, sea por parte del profesor o de los mismos alumnos. Nos referimos al uso de la técnica expositiva como parte de la estrategia para el aprendizaje grupal, y no tanto a la exposición como tema único de enseñanza.
Plenario de acuerdos , para tomar decisiones y llegar a acuerdos que atañan a todos los participantes.
Lo específico de cada técnica.
Hay una gran variedad de técnicas centradas en la tarea. Cada una tiene su procedimiento, el cual ha sido probado por un gran número de docentes; por ejemplo, la mesa redonda, los corrillos, Philips 6-6 concordar-discordar...
No obstante, es importante hacer notar el carácter de instrumento de estas técnicas. Ellas no son la panacea, no sirven para cualquier cosa ni para cualquier tema, ni para cualquier grupo. El trabajo del docente consistirá en saber seleccionar la técnica más adecuada para cada situación. Algunos criterios que deben tenerse en cuenta a la hora de decidir qué técnica emplear son:
Los objetivos que pretende lograr (informativos y formativos). Cada técnica propicia el desarrollo de diferentes habilidades en los alumnos.
La edad, la mentalidad y el nivel académico de los estudiantes.
El número de participantes . Hay técnicas adecuadas para grupos pequeños y otras para grupos numerosos.
El momento por el que atraviesa el grupo . Hay técnicas que requieren de un entrenamiento previo de los alumnos.
El tiempo con el que se cuenta . Algunas técnicas son rápidas, otras requieren de varias horas de clase (3 ó 4)
El tipo de salón y el mobiliario . Algunas técnicas requieren un acomodo especial que no puede obtenerse en un salón ordinario.
Los recursos didácticos y materiales con que se cuenta . Algunas técnicas requieren materiales muy complicados o costosos.
La dificultad de la técnica y la propia capacidad del profesor para aplicarla . Hay técnicas muy sencillas, al alcance de quien tiene poca experiencia y otras que requieren una instrumentación experimentada.
Riesgos de las técnicas grupales centradas en la tarea
Las técnicas grupales no son mágicas ni funcionan de manera automática. Para alcanzar los objetivos planteados, es necesario cumplir con una serie de condiciones tanto por parte del profesor como por parte de los alumnos. Cuando estas condiciones no se dan, se corre el riesgo de: a) Perder el tiempo haciendo “como que trabajan”, pero sin lograr un aprendizaje real y efectivo y la obtención de conocimientos incompletos, conceptos falsos o erróneos. Para solucionar esta última situación existen los plenarios de complementación que ya explicamos. Y respecto a la primera situación es importante observar que los equipos de trabajo no estén integrados por demasiados participantes, igualmente hay que tener en cuenta que el profesor haya explicado claramente lo que se solicita y los alumnos lo hayan comprendido, enseñe a los estudiantes a trabajar en equipo, les dé orientación práctica de como organizarse...
Técnicas grupales centradas en el grupo
Cuando un maestro emplea una técnica centrada en el grupo, deja de lado, por un momento, el trabajo acerca de los contenidos del curso y dedica atención al proceso por el que pasa el grupo.
El objetivo común a todas las técnicas centradas en el grupo, es desarrollar en los participantes actitudes y habilidades que los ayuden a integrarse más como grupo y a superar los obstáculos que se les presenten en la búsqueda de sus objetivos. La mayoría de estas técnicas tiene la forma de juego, por razones estratégicas.
Los principales problemas u obstáculos para el trabajo grupal surgen debido a las actitudes negativas de los participantes o a su falta de habilidad para el trabajo en equipo. Para el maestro como observador externo al proceso de grupo, es relativamente fácil detectar en los estudiantes esas actitudes negativas o esa deficiencias para el trabajo grupal. No obstante, para los alumnos es muy difícil ver en sí mismos esas deficiencias y aceptarlas.
En lugar de combatir el problema de frente, las técnicas de dinámica de grupos ponen a los participantes en una situación artificial de juego y diversión. Al no sentirse amenazados directamente, los participantes se manifiestan tal como son, con sus actitudes reales, positivas y negativas. Al aflorar éstas es más sencillo analizarlas para superarlas.
Condiciones necesarias para aplicar las técnicas centradas en el grupo
Diagnosticar adecuadamente el momento por el que atraviesa el grupo: los obstáculos que se presentan, así como las causas de los mismos.
Ser atinado en cuanto al tratamiento que le debe dar a esa situación para ayudar al grupo a superarla.
Conocer un número suficiente de técnicas para elegir la que agilice mejor el tratamiento que se decidió utilizar.
Orientación a la aplicación de las técnicas centradas en el grupo
Cuando un maestro decide aplicar la didáctica grupal como método de trabajo con sus alumnos, agrega una segunda función a su función básica de propiciar el aprendizaje de los estudiantes: ayudarles a aprender a trabajar en grupo, a aprender en grupo, a ser grupo.
El recurso con que cuenta el maestro para cumplir esta tarea, son las técnicas y las actividades centradas en el grupo. Igualmente, el profesor debe estar atento para detectar, de modo inmediato, cualquier obstáculo que se le presente al grupo y hacer algo, no para resolverlo él directamente, sino para que el grupo analice el problema y decida lo que más le convenga para resolverlo. Así, se deposita en el grupo la responsabilidad de su propio proceso y se va logrando que los integrantes se comprometan más con su aprendizaje.
Riesgos de las técnicas grupales centradas en el grupo
Es importante señalar los riesgos que pueden traer estas técnicas centradas en el grupo. Debido a que con ellas se propicia el surgimiento de análisis de contenidos que hasta entonces habían permanecido latentes, se corre el riesgo de despertar ansiedades grupales que luego no se puedan manejar adecuadamente.
En los grupos, igual que en los individuos, hay temor a la pérdida de lo ya alcanzado y al ataque por parte de objetos o personas amenazadores. Ante estas situaciones de temor o ansiedad, el grupo emite conductas defensivas con las que mantienen alejados o bajo control esos objetos o personas que le producen temores. Cuando el maestro detecta una situación de este tipo, pone en peligro la efectividad del trabajo grupal y decide aplicar una técnica centrada en el grupo, corre el riesgo de romper esas conductas defensivas y poner al grupo, aunque sea provisionalmente, en una situación de fragilidad que le haga sentir indefenso.
Si el grupo no está preparado para trabajar sus conflictos, una técnica de este tipo puede fortalecer las conductas defensivas, con lo que se lograría sólo la agudización del problema. Si, en cambio el grupo está listo para analizar sus conflictos, y si el profesor detecta el momento adecuado para hacerlo, entonces estas técnicas pueden ser la mejor oportunidad para que el grupo crezca y se desarrolle superando sus obstáculos. De aquí la importancia de la sensibilidad para el profesor para detectar el momento por el que atraviesa el grupo.
Otro riesgo que hay que tener presente es que el profesor no conozca suficientemente bien la técnica que pretende aplicar y que, por fallas en su instrumentación , no se alcancen los resultados esperados.
Como vemos, las técnicas son herramientas de trabajo que hay que saber cuándo y cómo utilizar; no sirven para cualquier cosa ni para cualquier momento. Si una técnica no logra los objetivos deseados, es porque no se eligió la adecuada para el momento y la situación en que estaba el grupo o porque, aun siendo la técnica adecuada, no se supo aplicar correctamente.
Conclusiones
Para finalizar con esta serie compuesta por tres artículos diremos que, aunque, como planteábamos en nuestro primer ensayo, no existen ni recetas ni fórmulas últimas que garanticen el éxito en la docencia, el profesor si puede asirse de herramientas prácticas y de consideraciones teóricas propias de la pedagogía y la didáctica que orienten su quehacer en las aulas y que le permitan el desarrollo de una práctica enriquecida, renovada, interesante y sustentada.
Particularmente esta serie de artículos ha enfatizado que en dicha práctica se tomen en cuenta las siguientes consideraciones:
Que la función de las instituciones de educación superior no es la de informar, sino la de formar personas útiles a la sociedad.
Que la función principal del maestro no es enseñar, sino propiciar aprendizajes significativos en sus estudiantes.
Que para lograr un aprendizaje significativo , deben darse como condiciones básicas la motivación o interés por aprender, la comprensión de lo que se estudia, la participación activa en el proceso de enseñanza-aprendizaje y la aplicación de lo visto a situaciones de la vida real.
Que la didáctica grupal es un método de trabajo que satisface en gran, medida. Estas cuatro condiciones básicas.
Que el centro del proceso de enseñanza aprendizaje es el estudiante. Es él quien le da sentido.
Que vale la pena regresar al espíritu lúdico del aprendizaje, pues aunque aprender es algo que debe tomarse en serio, no es preciso estar serios para aprender; se puede aprender jugando, divirtiéndose, aprovechando la tendencia innata que todo organismo tiene para el desarrollo.
Bibliografía
Zarzar Charur, Carlos (1994) Habilidades básicas para la Docencia . Patria. México.127pp.
Zarzar Charur y José de Jesús Bazán (1991) Aprender a aprender . Universidad Iberoamericana. México. G
Por ejemplo, no se puede decir que la exposición del profesor es un plenario, aunque se haga delante de todo el grupo, ya que en ella se da comunicación en un solo sentido (profesor --> alumnos) o en dos sentidos (cuando el maestro permite preguntas y las responde), pero no se da la comunicación entre todos los participantes ni se tiene una tarea para la que se requiera la interacción grupal.
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