P r e s e n t a c i ó n

Eduardo Espinosa Herrera

  Vis i ón Docente Con-Cienc i a

La búsqueda de la excelencia y la calidad en las instituciones educativas es una tarea titánica pero necesaria. Los caminos para alcanzarla pueden ser diversos y complementarios.

El ensayo de actividades concretas que mejoren la práctica educativa cotidiana (programas de calidad, programas de educación continua del personal, cursos de actualización...); el desarrollo de una conciencia y compromiso en todos aquellos que participan de y en el hecho educativo; la concepción y vivencia de una filosofía de lo que es la educación y hacia donde debe ésta orientarse; la revisión y reflexión sesuda tanto de lo que se aprende como de los pilares que sustentan a un currículum particular de aprendizaje; la comparación entre los resultados que se obtienen y los que se desea alcanzar; la estipulación de los parámetros que permitan medir el grado de consecución de esos objetivos propuestos; la concepción del perfil de hombre que se pretende formar... son sólo algunos ejemplos de las empresas y acciones que las escuelas emprenden o pueden emprender para lograr la excelencia.

 

Esta búsqueda es una tarea compartida por nuestros colaboradores y por ello está presente en tonalidades e intensidades distintas en cada uno de los artículos que conforman este quinto número de nuestra revista.

 

Particularmente, en Un Modelo de Excelencia Académica en las Aulas , la autora se concentra en presentar una propuesta para conseguir la calidad académica mediante la reflexión acerca de las necesidades y demandas que enfrenta el hecho educativo, sus participantes, responsables, beneficiarios y destinatarios; y también mediante el empleo de las herramientas de calidad desarrolladas por gentes como Philip Crosby, J. M. Jurán, Kaoru Ishikawa, Eduard Demming, Taguchi y Ouchi, mismas que han probado su eficacia en ámbitos distintos al educativo y que ahora buscan ser aprovechadas por éste.

 

El artículo Profesores en Busca de la Excelencia , por su parte, da cuenta de una de las actividades concretas que nuestra universidad desarrolla para conseguir “ la formación de hombres libres” , traducción del ideal de excelencia institucional. En este caso concreto esa búsqueda se concibe como la preparación de la planta de maestros en conocimientos propios de la docencia, en adquirir las herramientas teórico didácticas que le permitan mejorar su práctica, pero también en darle la oportunidad de reflexionar y vivenciar que la excelencia educativa no es un ideal inalcanzable sino una posibilidad cuya materialización comienza con el esfuerzo y la mejora continua del quehacer cotidiano de cada docente y cada estudiante .

El ideal de excelencia está también presente en el ensayo El Currículum Dientes de Sable , pues es una verdadera reflexión del papel de la educación en la vida del hombre, de la necesidad de que ésta, (la educación) se adecue a las condiciones del contexto social y busque solucionar las problemáticas de carácter filosófico, económico, artístico, científico y tantas otras que aquejan e interesan a los integrantes de cada sociedad, sin olvidar por supuesto que el que la educación se adecue a condiciones y reclamos del, digamos diario vivir, no significa que ésta se anquilose, por el contrario debe mantenerse en revisión y mejoramiento constante a fin de servir al propósito ulterior para el que fue creada, el de ser el mecanismo a través del cual la sociedad transmite a sus miembros la cultura que le caracteriza, para asegurar su continuidad y adaptarlos al entorno social. Transmisión que debe permitir el desarrollo de la capacidad creativa y reflexiva del hombre como parte de su crecimiento personal y para darle la oportunidad de contribuir a la evolución de su cultura y su sociedad.

No obstante, con este trabajo, consideramos que nuestro colaborador enfatiza una función importante de la tarea educativa en general y universitaria en particular harto criticada por distintos autores debido a que históricamente ha sido inadecuadamente traducida por las instituciones. Nos referimos a la función reproductora.

Esta función consiste en la reproducción de los saberes que forman parte del acervo cultural de la sociedad, con la doble misión de preservar y permitir la continuidad de la cultura como la “forma de vida” del grupo social y la de socializar a las nuevas generaciones. Esta socialización se lleva a cabo de dos formas: transmitiéndoles los valores, tradiciones, costumbres, conocimientos, formas de comportamiento… aceptados por la sociedad e inculcándoles los conocimientos que requerirán para insertarse en ella como entes productivos que contribuyan a mantener las estructuras sociales, políticas y económicas establecidas.

La crítica a esta función se origina porque para la educación (universitaria) tradicional, la socialización de los individuos no busca únicamente garantizar la conservación y continuidad de la cultura, sino también la preservación de estructuras económicas y sociales desiguales; en otras palabras, es un medio de difusión de la ideología dominante y es en este sentido que numerosos autores ven la reproducción, como función (de la universidad), como un elemento negativo.

Pero dentro de una institución educativa no tradicional sino vanguardista, en la que la función reproductora es concebida en un sentido no despectivo, y en donde se buscará formar a los individuos con una visión más holística de su mundo y con un sentido crítico: esto deberá permitir a los estudiantes descubrir la ideología oculta detrás de los discursos que acompañan el conocimiento y será el también el tamiz a través del cual analizarán las estructuras sociales de su entorno, lo que les permitirá, a su vez, ejercer una praxis transformadora sobre él.

Por ello, para quien escribe la función reproductora no conlleva un sentido peyorativo, pues se trata únicamente de la reproducción de los saberes guardados en el seno de la sociedad, cuyo fin es preservarla y es en este afán que El Currículum Dientes de Sable hace énfasis al concluir.

Otra reflexión interesante en torno a la problemática educativa es el trabajo denominado Ciencias de la Comunicación y Nuevas Tecnologías en el siglo XXI : que aborda los retos y realidades de la educación superior en el marco de la sociedad contemporánea, que concede un valor estratégico al conocimiento y la información.

Para la autora, las Nuevas Tecnologías deberán formar parte de la vida académica y profesional para afrontar con decoro lo que implica desarrollarse en el mundo actual, pues en el siglo XXI es imperativo no aislarse de los nuevos descubrimientos que van surgiendo.

Así, p ara las Ciencias de la Comunicación, la utilización de estas nuevas tecnologías es una necesidad cotidiana, tanto para los acontecimientos diarios como para la realización de investigaciones periodísticas, reportajes o artículos de opinión. Aislar a esta disciplina de su relación con los nuevos recursos que ofrecen las tecnologías implicaría descontextualizarla de la función que cumple en la llamada “Sociedad del Conocimiento”.

Uno más de nuestros artículos denominado El Individuo bajo una Jurisdicción Universal trata una temática de actualidad íntimamente relaciona con la ética y la necesidad de tender a la excelencia particularmente en el ámbito del derecho: la impartición de la justicia en el marco de un orden internacional en un mundo globalizado, que ha dejado de ser un conjunto de pueblos y naciones lejanas y aisladas para convertirse en una sola comunidad y en el que el individuo ha venido asumiendo relevancia como sujeto de derechos y obligaciones internacionales, por lo que se hace necesario determinar nuevas reglas de convivencia, y unificación de criterios jurídicos con la participación de todos los países del orbe, de modo que los individuos, sin importar su nacionalidad, credo o raza, tengan la garantía de que la justicia sea impartida dentro del marco del estado de derecho.

Posteriormente, el artículo El conocimiento como parte del mecanismo de evolución 2ª Parte , da seguimiento a su antecesor (1ª parte) y continua su tarea de comprobar la tesis de que en sus inicios el conocimiento surgió como una unidad en tanto se constituyó como un mecanismo de evolución de la especie humana gracias al cual ésta consiguió sobrevivir y desarrollarse. S ituación que pretende demostrar mediante el análisis de la aparición del conocimiento en la historia evolutiva humana como el producto del desarrollo de la inteligencia del hombre y de su capacidad de aprendizaje del medio externo surgido, en principio, con la finalidad concreta de comprender su mundo para facilitar su adaptación al mismo y, posteriormente, empleado como sustento de una actividad transformadora del entorno que favorece el desarrollo de los individuos dentro de un medio social.

Finalmente, debido al creciente interés de nuestro profesorado por enriquecer y diversificar las actividades y tareas dentro del aula, Vis ón Docente Con-Cienc a , a partir de este número, incluirá en su haber una sección más, destinada a divulgar algunas dinámicas grupales que sirvan a ese propósito de convertir el aula y el proceso de enseñanza aprendizaje en una experiencia interesante, agradable y significativa para todos los participantes. Es precisamente bajo este orden de ideas que nuestro último artículo publica una nueva dinámica grupal: la Dinámica Scartascini , orientada a conseguir el interés de los estudiantes por la lectura y a evidenciar sus ventajas.


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NO. 5