Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación ¿Oportunidad o Amenaza?

Víctor Rodríguez

Na die duda ya de la importancia de seguir formándose una vez finalizados los estudios universitarios. La “espiral del conocimiento” acaba por absorber tanto a empleados como a empresarios y todos acuden a centros de formación especializada. Si hace veinte años tener una carrera universitaria era una puerta abierta al mundo laboral, en la actualidad estos estudios son simplemente una llave para poder continuar la formación.

conocimiento.

Nos encontramos inmersos en un mundo globalizado en el que las fronteras se desaparecen a causa de la internacionalización del mercado; la movilidad laboral y la constante actualización de conocimientos fomentan una creciente competitividad. En esta sociedad de la información, la formación continua es la única opción para hacerse un hueco en el mercado y, por ello, muchas instituciones se interesan por brindar programas de “educación a distancia”.

La realización de un curso “a distancia” es una solución rentable y eficaz también para las necesidades empresariales.

Los empresarios son conscientes de que sufragar los gastos de formación de sus empleados es una inversión beneficiosa en todos los sentidos. En el mercado laboral, están proliferando las empresas que costean y permiten una mayor flexibilidad horaria a sus trabajadores para que realicen estudios. Saben, por una parte, que la formación de su plantilla revierte directamente en su rendimiento y, por tanto, en el funcionamiento de la empresa. Además, el departamento de Recursos Humanos y el de Comunicación garantizan que la mayor preocupación por los intereses de los trabajadores y la mejora de su calidad laboral conllevan una mayor identificación de éste con la empresa.

La necesidad de capacitación, actualización y certificación laboral no es una cuestión de modas. El interés que estos programas vienen suscitando deriva de su capacidad para adaptarse a los cambios tecnológicos y organizativos, es esto lo que los hace preferibles a otras ofertas formativas obsoletas.

Algunas instituciones especializadas en formación “en línea”, como lo es el Tecnológico de Monterrey han ido más allá, incluyendo servicios adicionales que permiten a los usuarios disfrutar del entorno global en el que se desenvuelven. Esto es, no sólo mediante la creación de un campus virtual, en el que los alumnos pueden acceder a una biblioteca con más de 5.000 registros, asistir a foros de debate, acudir a tutorías o tener un punto de encuentro en la cafetería virtual, si no que además para esta institución la formación integral del alumno pasa por la creación de redes de contacto con alumnos de los cinco continentes que incentiven su desarrollo educativo.

En definitiva, se trata de dinamizar la transferencia de conocimientos, socializar mediante la participación y la integración cultural. En esta forma de enseñanza los alumnos asumen un nuevo protagonismo, construyen su propio conocimiento, no desde la soledad, sino mediante un aprendizaje colaborativo y utilizando las herramientas de un entorno creado a través de las nuevas tecnologías, incrementando su capacidad de aprender, enseñar, buscar, localizar y difundir información útil para el aprendizaje.

Este es sólo un ejemplo de las posibilidades que ofrece actualmente el aprendizaje a distancia, sin embargo, el proceso no acaba aquí. La dimensión global del mercado de trabajo y de la formación ha encontrado en Internet una herramienta fundamental para afianzarse. Se prevé que este tipo de enseñanza alcance el 40% de la formación que se imparte en la empresa y en las universidades en los tres próximos años.

 


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NO. 8