POESÍA:
El ave dormida
Por: Oscar Hernández Joya (Estudiante Ing. Arquitecto)
Cansado y vestido de desánimo estaba el gigante dormido cuando con premura le pegaron como agruras.
La desazón del fracaso
fue el alimento cual ocaso.
Y de la llamarada no quedaba más que cenizas del carbón.
Llenose, de ánimo el gigante
y la vida cambio,
como la vida de Dante
que más recibió.
El placer de sentirse útil
cual ave galopante
que aún siendo inútil
saca su alma de gigante |